Las calamidades y el Estado en Guatemala


Guatemala está propensa a las calamidades; pero éstas siempre nos toman por sorpresa. Cuando el gobierno preparaba un simulacro de terremoto, la erupción del Pacaya y la depresión tropical Agatha se han adelantado a demostrar que no estamos preparados para enfrentar las tragedias. Tampoco estamos preparados para aprovechar la ayuda material que se ofrece desde el extranjero, ya sea de los guatemaltecos o de otras personas solidarias. Con ello se acrecienta la angustia de los migrantes guatemaltecos, quienes se frustran al no encontrar canales para el enví­o de suministros ni formas confiables de hacer llegar dinero. Como resultado, las miles de ví­ctimas no son atendidas en el momento necesario y es la población guatemalteca la que tiene que paliar las crisis por su propia cuenta. Es hora de que el Estado actúe con mayor racionalidad.

Ing. Raúl Molina Mejía
rmolina20@hotmail.com

Si no se responde al interior del paí­s, no sorprende que el gobierno se tome demasiado tiempo para solicitar al Gobierno de Estados Unidos la concesión del Estatus de Protección Temporal (TPS) para las personas guatemaltecas indocumentadas en dicho paí­s. La Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG) no ha cesado de esforzarse en su promoción y ha venido reiterando la iniciativa ante los gobiernos cada vez que se decreta estado de calamidad. Esta vez no fue la excepción, el 29 de mayo se pidió al ministro Haroldo Rodas que, ante el estado de Calamidad forzado por el Pacaya en tres departamentos se solicitara «a la Secretaria de Homeland Security de los Estados Unidos la concesión de un TPS para los guatemaltecos originarios de tales departamentos». Horas después, Agatha azotó el paí­s y el estado de Calamidad se extendió a todo el territorio nacional, haciendo más apremiante la petición de TPS para todos nuestros indocumentados. El 1 de junio, la Red envió una carta abierta al presidente Obama, en inglés, de la cual se traduce acá lo más importante: «Creemos que están presentes las condiciones para conceder el TPS. La primera es que el paí­s de origen haya sufrido una calamidad significativa. La segunda es la existencia de altos riesgos para los nacionales de ese paí­s que residen en los Estados Unidos, en el caso de que sean forzados a regresar. La tercera y final es la solicitud oficial del paí­s afectado a las autoridades de los Estados Unidos… Instamos al presidente Obama a utilizar la tradición humanitaria de los Estados Unidos de dar ayuda a quienes la necesitan para recrear un ambiente positivo para la reforma migratoria». El 2 de junio, la Red se dirigió al presidente Colom: «damos por descontado que su gobierno se ha dirigido ya al Gobierno de los Estados Unidos para presentar la solicitud formal del TPS…; pero, para serle sinceros, aún no hemos visto ninguna acción al respecto… es fundamental dar a conocer a la población guatemalteca, incluida en ella la población migrante, que la gestión ya se realizó, así­ como informar, periódicamente, de las acciones de seguimiento». El gobierno debiese tener el expediente listo para enviarlo a Estados Unidos horas después de cada calamidad. En las circunstancias actuales, se debe exigir al Estado acciones inmediatas, eficaces y eficientes. De lo contrario, las tragedias solamente sembrarán más la desesperanza y el desconcierto en nuestra gente.