Las bolsas y el mundo entero se sorprenden por rechazo de rescate


Los rescates hundieron los tí­tulos bancarios, incluidos los de Dexia, Commerzbank, ING y el Royal Bank of Scotland.

El rechazo del mayor plan de rescate financiero en la historia de Estados Unidos por parte del Congreso sorprendió al mundo entero y sacudí­a hoy a los bancos europeos y a las principales bolsas.


Sede del banco franco-belga Dexia.

El presidente George W. Bush, que tiene previsto hacer una declaración sobre el plan a las 08:45 horas locales, señaló que estaba «decepcionado» por el fracaso del rescate, que fue rechazado por una abrumadora mayorí­a de representantes republicanos mientras un 60% de los demócratas lo apoyó.

El banco franco-belga Dexia se convirtió hoy en la última institución financiera rescatada por gobiernos europeos, mientras la incertidumbre se adueñaba de las bolsas del Viejo Continente tras los derrumbes bursátiles del lunes.

Las bolsas de Londres y Parí­s abrieron en baja pero luego se recuperaban. Londres subí­a un 0,38% y Parí­s un 0,60%, mientras Francfórt caí­a un 0,95%. Asia registró fuertes retrocesos, sobre todo en Japón, donde la bolsa de Tokio cayó un 4,10%, aunque Hong Kong cerró en alza de 0,80%.

Wall Street y las principales bolsas latinoamericanas se derrumbaron ayer cuando la Cámara de Representantes estadounidense rechazó el mayor plan de rescate en la historia de Estados Unidos por 228 contra 205 votos.

Las bolsas estadounidenses perdieron el lunes un billón de dólares, su mayor caí­da en valor en un solo dí­a. El principal í­ndice de Wall Street, el Dow Jones, se hundió 777,68 puntos (-6,98%), récord de retroceso en puntos, incluso más que después del 11 de septiembre de 2001.

El secretario del Tesoro, Henry Paulson, advirtió a los legisladores que deben actuar rápidamente para impedir que el pánico siga afectando a los mercados.

«Debemos hacer algo. Esto es demasiado importante para dejar que fracase», dijo Paulson, arquitecto del audaz plan para absorber hasta 700.000 millones de dólares de deudas hipotecarias incobrables de los bancos tras una ola de espectaculares colapsos bancarios desatados por la crisis «subprime».

Los lí­deres mundiales no esconden su alarma.

La Comisión Europea instó el martes a Estados Unidos a «asumir sus responsabilidades» ante la crisis financiera mundial.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, dijo por su parte que los estadounidenses deben tener «responsabilidad, porque los paí­ses emergentes y los paí­ses pobres que hicieron todo para tener una buena polí­tica fiscal, que hicieron todo para que la economí­a tenga estabilidad, no pueden ser ahora ví­ctimas del casino que ellos montaron».

Pese a que la estabilidad del sistema financiero mundial está en juego, la decisión de los representantes estadounidenses pareció guiarse por la cercaní­a de la elección presidencial para reflejar lo que piensan muchos contribuyentes: que el ciudadano de a pie no debe pagar por los errores de Wall Street.

A tan sólo cinco semanas de la elección del 4 de noviembre, «evidentemente algunos de estos tipos prefieren perder una economí­a que una elección», dijo el representante demócrata David Obey (Wisconsin), en referencia a sus colegas republicanos que se opusieron al rescate.

En Europa, en tanto, se temen nuevas ví­ctimas en el sector bancario.

El banco Dexia debió ser rescatado el martes por Bélgica, Francia y Luxemburgo, que le inyectarán 6.400 millones de euros (9.194 millones de dólares).

Bégica, Holanda y Luxemburgo ya debieron salvar al gigantesco banco y asegurador Fortis el domingo, inyectándole 11.200 millones de euros. El banco británico Bradford & Bingley fue rescatado con una nacionalización parcial y una venta parcial al banco español Santander.

En Alemania, el gobierno garantizó un rescate del banco Hypo Real Estate a manos de un consorcio de bancos privados por 35.000 millones de euros, mientras Islandia asumió el control del banco Glitnir, el tercer banco del paí­s.

Los rescates hundieron los tí­tulos bancarios el lunes, incluidos los de Dexia, Commerzbank, ING y el Royal Bank of Scotland.

Los bancos centrales volvieron a inyectar enormes sumas de dinero para calmar la sed de liquidez.

El Banco Central Europeo (BCE) renovó sus créditos de 30.000 millones de dólares (20.800 millones de euros) a un dí­a y el Banco de Japón inyectó tres billones de yenes (28.800 millones de dólares).

UNIí“N


Bélgica, Francia y Luxemburgo se unieron hoy para salvar de la catástrofe financiera al grupo bancario y de seguros franco-belga Dexia, mediante una inyección de 6.400 millones de euros que busca frenar su brusca caí­da bursátil y sigue los pasos del rescate de Fortis.

El acuerdo entre los tres gobiernos fue alcanzado tras una larga noche de negociaciones y la inyección de capital tiene como objetivo tranquilizar a los mercados, tras el desplome en la bolsa de las acciones de Dexia, que perdieron ayer cerca del 30%.

El rescate de Dexia tiene lugar menos de 48 horas después de la nacionalización parcial de otro grupo bancario y de seguros, el belga-holandés Fortis, por los tres paí­ses integrantes del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo), anunciada en la noche del domingo.

«Nuestra ambición era tener una implicación polí­tica muy fuerte para enviar una señal» a los mercados, declaró el primer ministro belga, Yves Leterme, al final de la reunión.

«Ha sido largo porque era una negociación compleja, pero el resultado justifica los esfuerzos desplegados», agregó Leterme, cuyo gobierno sigue de cerca la situación de otros bancos muy implantados en el paí­s, ING y KBC.

El acuerdo sobre Dexia prevé que las autoridades federales y regionales y los inversores institucionales belgas inyecten 3.000 millones de euros en el grupo, mientras el gobierno francés y la Caja de Depósitos y Consignaciones aportará otros 3.000 millones y el gobierno luxemburgués 376 millones.

El total se eleva así­ a 6.400 millones de euros (9.194 millones de dólares).

Mientras que los gobiernos belgas y francés suscribirán un aumento de capital, el gobierno luxemburgués optará por una emisión de obligaciones convertibles en acciones.

«Hemos salvado a Fortis y Dexia, pero más allá de esto es el conjunto del sistema financiero que está consolidado por esta acción concertada de tres gobiernos», estimó el ministro luxemburgués de Presupuesto, Luc Frieden.

De su lado, Francia confirmó su participación en el plan de recapitalización de Dexia, tras el cual el Estado y la estatal Caja de Depósitos y Consignaciones contarán con una «minorí­a de bloqueo» del capital, anunció la presidencia francesa.

«Esta decisión fue adoptada para garantizar la continuación del financiamiento de las colectividades locales francesas, de las cuales Dexia Credit Local es el principal prestamista, así­ como para contribuir a la seguridad y la estabilidad de los sistemas financieros francés y europeo», destacó el palacio del Elí­seo.

Nacido en 1996 de la fusión del Crédit Local de Francia y el Crédit Communal de Bélgica, Dexia, que emplea 37.000 personas (de las cuales 10.000 en Bélgica), está especializado en los préstamos a las colectividades locales.

Tras el anuncio del plan de salvataje, los dos principales responsables de Dexia, su presidente Pierre Richard y su director ejecutivo Axel Miller, presentaron su renuncia el martes, anunció el grupo en un comunicado.

«Sacando las conclusiones de la crisis financiera actual y su impacto sobre el grupo Dexia, Pierre Richard, presidente del consejo de administración de Dexia, y Axel Miller, administrador delegado y presidente del comité de dirección de Dexia, presentaron esta mañana su renuncia», subrayó el texto.

La caí­da de Fortis y Dexia se enmarca en la catástrofe financiera que ha alcanzado a Europa en los últimos dí­as, provocando la nacionalización de varios bancos, en medio de la incertidumbre acentuada tras el rechazo del Congreso norteamericano de un histórico plan de rescate bancario en Estados Unidos.

El lunes, el banco británico Bradford & Bingley fue nacionalizado, corriendo la misma suerte que sus compatriotas Northern Rock, Alliance & Leicester y HBOS, engullida por su rival Lloyds TSB.

En Alemania, el banco Hypo Real Estate (HRE) se salvó de la quiebra a último momento al conseguir una lí­nea de crédito de varios miles de millones de euros de un consorcio de bancos compatriotas.

En Dinamarca, el banco Roskilde fue adquirido por tres instituciones financieras, mientras que Vestjysk Bank se hizo cargo de Bonus Bank y se fusionará con otra institución regional.