Las Bolsas caen por toma de ganancias


Unos niños filipinos observan el ajetreo en la Bolsa de Valores de Manila. Los mercados bursátiles hicieron honor a la fiesta de Halloween, no por celebrarlo, sino porque de nuevo hubo terror.

Las plazas bursátiles europeas y asiáticas operaban hoy en números rojos debido principalmente a la toma de beneficios, en el último dí­a de un sombrí­o mes de octubre y en un contexto marcado por una economí­a mundial que no para de deteriorarse.


En Londres, la bolsa caí­a 0,80% a las dos de la mañana (hora de Guatemala).

La de Parí­s también perdí­a 1,18% minutos antes, la de Fráncfort 0,81% y el Eurostoxx un 0,79%. A las tres y media de la mañana (hora de Guatemala) Madrid cedí­a un 1,09%.

Las Bolsas europeas parecí­an precavidas habida cuenta del comportamiento de las asiáticas.

La de Tokio cerró con una pérdida del 5,01% después de haber ganado más de 26% durante las últimas tres sesiones.

En sintoní­a con la de Tokio, la Bolsa de Hong Kong cayó un 2,52% y la de Shanghai un 1,97%. Seúl, por el contrario, ganó un 2,6%.

Los mercados siguen siendo muy prudentes debido a una coyuntura económica a media asta, con unas perspectivas nada boyantes y un rosario de malas noticias macroeconómicas.

El Banco de Japón (BoJ) recortó hoy en 0,20 puntos porcentuales su principal tipo de interés, que se situó en 0,30%, para respaldar la segunda economí­a mundial, golpeada de lleno por la apreciación del yen y la caí­da de las exportaciones. Acto seguido anunciaba una revisión drástica del crecimiento en Japón para 2008-2009, que será casi nulo.

Pero el recorte de los tipos de interés, que ya anticipaba el mercado, no ha tenido impacto alguno, entre otras cosas porque se considera que es una medida simbólica para mostrar que el Banco Central contribuye a los esfuerzos mundiales para detener la crisis financiera.

«La volatilidad de los mercados financieros sigue siendo muy elevada. La aversión al riesgo es todaví­a muy importante», lo que trae consigo un fuerte volumen de ventas, recalca Patrick Jacq, de BNP Paribas.

«Este declive es una reacción al fuerte rebote» de los últimos dí­as, comentó Hirokazu Fujiki, de Okasan Securities.

Señal de que los inversores están nerviosos, los precios del petróleo volvieron a caer en Asia. El barril de «West Texas Intermediate» para entrega en diciembre valí­a 64,50 dólares, con baja de 1,64 dólares respecto al cierre de la ví­spera.

El euro perdí­a terreno frente al dólar y al yen. La divisa japonesa progresó de nuevo frente al billete verde, lo que acentúa la preocupación de los grandes exportadores japoneses.

Estados Unidos anunció ayer que su Producto Interior Bruto (PIB) retrocedió un 0,3% en relación con el trimestre anterior.

Aún así­ esta cifra es menos mala de lo que se preveí­a, por lo que el í­ndice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York cerró ayer al alza de 2,11%.

El problema es que muchos economistas están convencidos de que lo peor todaví­a está por llegar.

Alemania se encuentra al borde de la recesión, como muchos otros paí­ses, y el pésimo estado de salud de la economí­a se refleja en los resultados de las empresas, muchas de las cuales revisan a la baja sus previsiones.

Por si fuera poco, en numerosas compañí­as se suceden los planes sociales.

«La volatilidad de los mercados financieros sigue siendo muy elevada. La aversión al riesgo es todaví­a muy importante», lo que trae consigo un fuerte volumen de ventas».

Patrick Jacq

BNP Paribas