Lara imprime su visión a «Cinco de Mayo»


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Al director Rafa Lara lo único que le preguntaron antes de concederle el proyecto de «Cinco de Mayo: La Batalla» era qué haría si le pidieran una película sobre la histórica batalla entre el ejército francés y el mexicano. La respuesta, afirma el director, estaba en su colección de discos de rock.

Por BERENICE BAUTISTA MÉXICO / Agencia AP

El realizador mexicano de cintas como «La milagrosa», «Labios rojos» y «El quinto mandamiento» dijo ayer en una conferencia de prensa que mientras escribía el guion de «Cinco de Mayo» oía música de grupos como Pink Floyd, Radiohead, Portishead y Dead Can Dance y que ese fue el estilo que eligió con todo y que tenía a su disposición una orquesta filarmónica.

El cineasta relató que en algún momento lo llevaron al plató y le dijeron «Rafa, mira, te trajimos a toda la orquesta filarmónica (del estado de Puebla) para que la uses» y que su respuesta fue «Móntelos a caballo o denles un arma y córranle, porque yo en la película no los voy a usar para nada. Si tocan música en la alfombra roja está increíble, pero yo lo que necesito son guitarras eléctricas, no una orquesta filarmónica».

Y la música original de Nacho Retally no es el único sello personal que el director le imprimió al filme.

«La gran tentación era (decir), ‘Es una gran producción, tengamos las grandes grúas, tengamos los dollies abiertos, muy grandilocuentes’, que justamente era lo que yo no quería», dijo Lara. «Hubiese sido la típica película clásica de historia que era lo que no quería hacer… Quería abordar la historia desde un punto de vista muy personal, siempre dije que conceptualmente la película iba a ser un viaje, la cámara tenía que funcionar como una máquina del tiempo que trasladase al espectador exactamente al corazón de la batalla, exactamente al corazón de los acontecimientos, como si fuese un espectador más ahí, con esa imperfección y esa naturalidad que te da la cámara al hombro».

La producción, considerada la más cara en la historia mexicana, tuvo un costo de más de 80 millones de pesos (6,5 millones de dólares), la mitad de los cuales fueron otorgados por el gobierno poblano. Se rodó en nueve semanas con la participación de más de 800 personas, incluyendo más de 700 en el plató.

«Siempre he dicho que ‘Cinco de Mayo’ es una película extraordinariamente barata, porque es una película que los norteamericanos habrían filmado con 100 millones de dólares», dijo Lara, quien notó que la productora Ana Roth solía decirle: «‘Los norteamericanos la filmarían entre 25 y 30 semanas, pero por ser México y apretándole al máximo se tendría que filmar en 15 semanas’. Y no había dinero para filmarla en 15 semanas».

El resultado fue gratificador para el director, quien tras sus presentaciones en el Festival de Cine de Miami y el Festival de Cine de Chicago la exhibirá fuera de competencia en el Mercado del Cine del Festival de Cannes.

«Es una película que se quería hacer, pero es una película que también le había pedido a la vida desde siempre», señaló Lara.

La primera actriz Angélica Aragón, quien interpreta a una viuda que apoya al ejército mexicano, resaltó el valor de una película como «Cinco de Mayo» en los tiempos actuales.

«El exacerbar nuestro nacionalismo y nuestra identidad nacional creo que nunca sale sobrando. Al contrario, en estas épocas de globalización creo que es importante tener una referencia de dónde venimos y de quiénes somos y como dice el cartel de nuestra publicidad, de qué estamos hechos los mexicanos», dijo.

«Cinco de Mayo: La Batalla» también tendrá funciones de gala en Los Ángeles, Texas y Nueva York, que albergan comunidades de mexicanos originarios del estado de Puebla, donde se libró la batalla entre el ejército mexicano y el francés en 1862. La cinta debuta a nivel comercial en México y Estados Unidos el viernes.