Lanzan ultimátum a proyecto satelital


Lí­mite. Los impulsores del proyecto satelital de la Unión Europea pusieron un lí­mite al 10 de mayo.

Los ministros europeos de Transporte establecieron ayer un ultimátum para el 10 de mayo próximo a los ocho grupos industriales involucrados en el futuro sistema europeo de navegación satelital Galileo para que cumplan con parte de sus compromisos.


Los industriales implicados en el proyecto deberán presentar antes del 10 de mayo «una estructura de explotación común, dotada de un director general», afirmó el comisario europeo de Transporte, Jacques Barrot, durante una conferencia de prensa tras una reunión de Bruselas.

«Claramente habí­amos pedido una estructura común autónoma para hablar con una sola voz. Las condiciones que habí­amos planteados no fueron cumplidas», lamentó el comisario.

En medio de este contexto de tensión, los industriales elegidos por las autoridades de la Unión Europea para gestionar la sociedad concesionaria de Galileo firmaron su constitución tras 20 meses de negociaciones, informaron el martes fuentes del sector.

«Galileo no superó la crisis», advirtió de su lado el ministro alemán de Transporte, Wolfgang Tiefensee, cuyo paí­s preside actualmente la UE.

Tiefensee admitió sin embargo que la industria «se movió en la buena dirección en los últimos dí­as», aunque aún quedan «cuestiones importantes en suspenso».

En efecto, 20 meses después de la designación del consorcio, el contrato de concesión para la gestión por 20 años de los servicios y satélites de sistema todaví­a no fue firmado.

El proyecto Galileo, por el que se interesaron varios paí­ses latinoamericanos y que deberí­a empezar a funcionar en 2010, es el único programa europeo de este tipo que competirá con el estadounidense GPS y el ruso Glonass.

El proyecto reúne a grandes nombre de la industria europea: EADS, casa matriz de Airbus, las francesas Thales y Alcatel, la italiana Finmeccanica, las españolas Aena e Hispasat y la británica Inmarsat.

El sistema europeo debe ser lanzado en dos etapas: la primera una fase de «desarrollo» financiada por organismos oficiales como la Agencia Espacial europea y la Comisión Europea por un monto de 1.500 millones de euros (unos 2 mil millones de dólares).

Luego, a partir de 2009, una etapa de construcción, despliegue y explotación de los 26 satélites del sistema y sus servicios, administrada por el consorcio de ocho empresas.