Desde hace algunos días, los guatemaltecos hemos venido sintiéndonos preocupados por la contaminación del llamado «el lago más bello del mundo», el Lago de Atitlán, ubicado en Sololá. Olvidándose de quién tuvo la culpa, se ha hecho un plan para rescatar el lago, antes de que no tenga remedio.
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El Gobierno de Guatemala invertirá más de 300 millones de quetzales para rescatar el Lago de Atitlán, uno de los principales atractivos turísticos del país, al que van a parar desechos domésticos e industriales sin tratamiento, con lo que prolifera la peligrosa cianobacteria.
La propuesta para recuperar este bello lago al pie de dos monumentales volcanes contiene cinco ejes: agrícola, saneamiento ambiental, social, infraestructura y turístico e institucional, así como 32 acciones de carácter urgente para afrontar la problemática, según el plan de acción diseñado por el Ministerio de Ambiente.
El objetivo es frenar el daño «socioambiental y reducir los impactos negativos en el turismo, el ambiente y los medios de vida a las poblaciones que habitan en la cuenca del Lago de Atitlán y sus alrededores», detalla.
Ahora, lo más urgente es aprobar en una primera fase de más de 14 millones de quetzales que se necesitarán para empezar a aplicar el plan – por la autoridad para el manejo sostenible de la cuenta del Lago de Atitlán y sus alrededores-, de los 300 millones que se necesitarán en los próximo cinco años.
Delegados del Gobierno y autoridades locales llegaron a un acuerdo para consensuar este plan. Un estudio de la Universidad de California reveló que el Lago de Atitlán está contaminado con un alga conocida como cianobacteria, cuya proliferación puede producir toxinas que afectan a peces, crustáceos, zooplancton y humanos en contacto continuado con el agua contaminada.
La cianobacteria crece de forma natural y a ritmo acelerado, pero su fortalecimiento en los sistemas acuáticos se debe al incremento de nutrientes, principalmente nitrógeno y fósforo, sustancias que llegan al lago con los residuos domésticos o industriales sin tratamiento.
«El florecimiento excesivo de la cianobacteria, es la herencia que se tiene hoy día, derivado de los impactos acumulativos provocados en el tiempo, por el mal uso y manejo de los bienes y servicios naturales en todos los ecosistemas hídricos del país», precisa un informe del Ministerio de Ambiente.
A COMBATIR EL PROBLEMA
Según el informe, los quince municipios que florecen alrededor de la cuenca del lago, generan 150 toneladas métricas de desechos sólidos en el día. Por ello, es importante la concienciación para que se reduzca esta «producción» de basura.
Otro factor para combatir es reestablecer el ecosistema del lago, ya que anteriormente se realizaron algunas prácticas no recomendables. Por ejemplo, hace 50 años se introdujo la lobina negra, un pez depredador, con la intención de diversificar las especies. Sin embargo, no lo hizo y, al contrario, desequilibró el hábitat.
VIEJO CONOCIDO
La presencia de la cianobacteria se encuentra documentada desde 1976, pero su incremento obedece principalmente a la pérdida de la cadena alimenticia por la introducción de la lobina negra; la entrada excesiva de nutrientes y basura al lago; y al aumento de la temperatura inducida por el cambio climático.
Otro elemento que afecta al Lago, que recientemente fue presentado a un concurso para incluirlo en las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, es que sólo dos de las seis plantas de tratamiento con que cuenta trabajan de forma correcta y sufren una sobrecarga de residuos.
Aunque el Lago de Atitlán es considerado uno de los más bellos del mundo por estar rodeado de pintorescos pueblos indígenas y dos imponentes volcanes, está anclado en uno de los departamentos más deprimidos del país, con el 74.6% de la población en la pobreza, de la que el 25.4% es extremadamente pobre, según datos oficiales.