Las fuerzas de seguridad iraquíes lanzaron una vasta operación contra los insurgentes de Al-Qaeda en la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad, el jueves, mientras aumentaba a 35 el número de muertos en una emboscada tendida la víspera contra un convoy policial en esa región.
Comandos de la policía y el ejército iraquíes rastreaban la zona en busca de los atacantes, afirmó a la AFP el portavoz del ministerio de Interior, el general Abdel Karim Jalaf, tras el ataque, uno de los más sangrientos contra la policía iraquí en los últimos meses, a pesar de la fuerte presencia militar.
«Tenemos una operación de gran envergadura en curso en esa zona tras la emboscada de Al -Qaeda contra los policías. Comandos de la policía y del ejército y grupos de acción rápida participan en la búsqueda de los atacantes», agregó.
El miércoles, hacia las 15H30 (12H30 GMT), un convoy de varios vehículos cayó en una emboscada mientras entraba en la aldea de Al Duleimat, en la provincia de Diyala, región donde la presencia de los islamistas afines a Al Qaida es muy importante.
En total, 35 personas, entre ellas 27 policías, murieron en el ataque, informó a la AFP Nayef Abdalá, alcalde de la ciudad vecina de Jan Bani Saad, situada a unos 25 km al norte de Bagdad.
Este balance fue confirmado por una fuente local de los servicios de seguridad. El balance precedente era de 20 muertos: 12 policías y ocho miembros de las brigadas Sahwa, milicias anti Al Qaida.
Por lo menos tres oficiales figuraban entre las víctimas. Ninguno de los miembros del convoy sobrevivió al ataque que tuvo lugar en una zona rural, precisó Abdalá.
El general Jalaf, que también es jefe interino de policía en la provincia de Diyala, explicó que el convoy realizaba una operación de reconocimiento cuando fue atacado por hombre armados en Al Duleimat.
«Recibimos informaciones sobre la presencia de elementos de Al -Qaeda en la aldea», explicó. Y «enviamos a nuestras tropas a realizar un reconocimiento. Dada la geografía del lugar y la espesa vegetación, todos los hombres descendieron de sus vehículos y recorrieron cerca de 30 metros antes de encontrarse bajo el fuego enemigo», precisó.
Diyala es actualmente una de las regiones más peligrosas de Irak, donde los insurgentes continúan lanzado sangrientos ataques con regularidad pese a la fuerte movilización de las fuerzas estadounidenses e iraquíes para expulsarlos de la provincia.
Los combatientes islamistas han perpetrado en esta zona numerosos atentados suicidas, muchos de ellos realizados por mujeres.
La policía iraquí y sus refuerzos de las milicias Sahwa -compuestas en su mayoría por ex rebeldes que se unieron al ejército estadounidense por dinero- son unos de los blancos preferidos de Al Qaida y sufrieron innumerables bajas en estos ataques.
El 21 de agosto, un kamikaze hizo estallar un camión cargado de explosivos cerca de un puesto de policía y mató a 31 personas en la ciudad chiita de Duajil, en la misma provincia de Diyala.
La emboscada del miércoles se produce en un momento en que la violencia en Irak registra su nivel más bajo desde hace cuatro años. Sin embargo, el número de atentados volvió a aumentar desde principios de septiembre, principalmente en Bagdad, donde el ejército iraquí anunció que desplegará más tropas.