La Unión Europea (UE) lanzó hoy un paquete de iniciativas que buscan poner fin a las discriminaciones por razones de edad, discapacidad y religión, así como preparar mejor las reestructuraciones de empresas y aclarar los derechos de atención médica.
Dividido en tres grandes sectores, el plan para relanzar la «Europa social» se da a conocer después del «no» irlandés al Tratado de Lisboa de la UE el pasado 12 de junio, que volvió a poner de manifiesto el distanciamiento entre Bruselas y los ciudadanos europeos.
«Se trata de un nuevo compromiso a favor de la «Europa social», un conjunto de medias que refuerza las oportunidades, el acceso y la solidaridad. Es un paquete coherente y ambicioso», explicó el comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades, Vladimir Spidla.
Una de las iniciativas abarca las discriminaciones diarias por cuestiones de edad, discapacidad, religión u orientación sexual y completa una legislación ya vigente para garantizar la igualdad en los casos de origen étnico.
El objetivo es, por ejemplo, impedir que una agencia inmobiliaria se niegue a alquilar un apartamento a jóvenes estudiantes o una compañía de seguros rechace brindar un seguro de viaje a un discapacitado.
«El derecho a la igualdad de trato es fundamental y, sin embargo, millones de ciudadanos de la UE siguen siendo objeto de discriminación cada día», indicó Spidla, basándose en una encuesta según la cual uno de cada tres europeos fue testigo de ese tipo de situación el año pasado.
Los casos son numerosos en cuanto al rechazo de servicio en bares, restaurante u hoteles a homosexuales o discapacitados, reconoce Bruselas.
La UE tiene desde el año 2000 una legislación que prohíbe la discriminación por cuestiones de origen étnico en materia de empleo, así como de acceso a bienes y servicios.
En cambio, la lucha contra la discriminación por edad, discapacidad, religión y orientación sexual sólo estaba limitada hasta ahora al mercado laboral.
El proyecto tiene limitaciones, ya que no obligará a los restaurantes a procurarse un ascensor para los discapacitados y permitirá que las compañías de seguros apliquen una prima especial de acuerdo con la edad del asegurado «a partir de datos precisos y pertinentes».
Otra propuesta abarca los planes de reestructuración de compañías, que a menudo dan lugar a duros enfrentamientos entre la dirección de la empresa y los asalariados, como ocurrió con la reducción de la planta de la automotriz Volskwagen en Bruselas o el desplazamiento de un centro de Nokia de Alemania a Rumania.
La UE quiere que los empleados sean informados cuanto antes de esas reestructuraciones, admitiendo que actualemente existen problemas para que los cerca de 840 comités de empresas europeos que cubren a 14 millones de trabajadores puedan prepararse correctamente ante ese tipo de medidas.
«Si las consultas comienzan sólo cuando las decisiones de reestructuración ya han sido adoptadas, no hay lugar para ninguna flexiblidad. Eso no tiene sentido», explicó un responsable de la Comisión Europea, al referirse a la necesidad de mejorar los canales de comunicación.
La tercera iniciativa concierne los derechos de los europeos al reembolso de gastos por atención médica cuando se encuentran en otro país de la UE, por ejemplo cuando un español es hospitalizado en Alemania.
El plan propone que los pacientes avancen los gastos y sean reembolsadas al mismo porcentaje que les correspondería en su país de origen.