Venezuela lanzó ayer una oferta de bonos soberanos por 3 mil millones de dólares, dirigidos a inversionistas y empresas nacionales, en un nuevo esfuerzo por absorber la enorme liquidez que alimenta la inflación, en pleno boom de los precios del crudo.
La emisión estará distribuida en 1.500 millones de dólares en bonos pagaderos en 2023 y 1.500 millones en bonos 2028; y la compra mínima será de 4.000 dólares, indicó el ministerio en un boletín de prensa.
La decisión indica cambios en la política cambiaria que desde febrero de 2003 puso en práctica la administración del presidente Hugo Chávez.
El gobierno mantiene un férreo control de cambio y un dólar fijo en 2,15 bolívares, mediante la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), organismo que distribuye los dólares al tipo de cambio oficial para cubrir las necesidades de la economía.
Los bonos son emitidos en dólares pero se compran en moneda local y una vez se venden en el exterior permiten obtener divisas legalmente, a un tipo de cambio superior al oficial.
El Ministerio de Finanzas ha informado que «hasta 50% de la emisión será destinada exclusivamente a empresas cuyo objeto social implique el desarrollo de actividades productivas en los sectores de alimentos, salud y bienes de capital».
El economista y profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, Orlando Ochoa indicó a la AFP que «todo indica que una porción de las empresas que recibían dólares al tipo de cambio oficial (en Cadivi) van a comenzar a recibir estos bonos que crean un nuevo tipo de cambio», en la práctica.
«Los costos de reposición se van a alinear con el tipo de cambio que surja de los bonos, por lo que podemos esperar impactos en los precios», explicó el académico.
A pesar de que la inflación venezolana supera con creces a la de sus principales socios comerciales, el gobierno ha mantenido el tipo de cambio oficial anclado, generando un fuerte incremento en las importaciones que comenzó a presionar las cuentas.
Las ventas de crudo y derivados al exterior, la principal fuente de divisas, determinaron un ingreso de 62.555 millones de dólares en el año pasado, lo que significa un incremento de 7% respecto a 2006 en la cuenta de petrodólares.
Al mismo tiempo, las importaciones muestran un salto de 39,8% durante 2007, de tal forma, que el ritmo con el que crecen las compras al exterior supera ampliamente al ascenso del ingreso de divisas.
De hecho, en 2006 las importaciones consumían 49,8 de cada 100 dólares provenientes de las exportaciones y en 2007 esta relación se ubica en 65,7.
La emisión de bonos aliviará la presión que ejercen las solicitudes de divisas al tipo de cambio oficial para importar, pero podría tener impacto en los precios, en momentos en que la inflación se acelera.
La inflación acumula un avance de 8,2% en el primer trimestre, un resultado que contrasta con 2,6% del mismo período de 2007 y entre marzo de este año y marzo de 2007, el precio de los alimentos registra un salto de 42,6%.
Asimismo, entre marzo de este año y marzo de 2007, el costo de los servicios de salud acumula un salto de 33%, vestido y calzado de 21,2%, transporte 28,1%, equipamiento del hogar 26,8% y restaurantes y hoteles 49%.
La última emisión de bonos se realizó en noviembre de 2007, con el bono Venezolano II por 849,6 millones de dólares, luego de emitir otros 500 millones con el Venezolano I.
El despacho de Finanzas aclaró que los papeles no «han sido ni serán registrados bajo la ley de Mercado de Capitales de Estados Unidos», y serán ofrecidos sólo «fuera de Estados Unidos».