Con una arrolladora ofensiva del astro Kobe Bryant, los Lakers de Los Angeles vencieron ayer a los Boston Celtics 89-67 para empatar la serie final de la NBA a tres triunfos para cada equipo y forzar un séptimo partido mañana en predios angelinos.
El olímpico Bryant se desbordó con 26 puntos y sus compañeros el ala-pívot español Pau Gasol con 17 y 13 rebotes, y el base Ron Artest con 15 unidades.
El alero Lamar Odom también fue muy efectivo debajo de los tableros por los laguneros al capturar 10 balones en la lucha rebotera.
Por primera vez en cinco años el tope final de la Liga llega a siete juegos, desde que los San Antonio Spurs vencieron a los Detroit Pistons en el 2005.
Ahora el quinteto de los Lakers se puso a las puertas de conquistar su corona número 16, aunque los Celtics también pudieran imponerse el jueves y sería su 18va, para ser la franquicia mayor galardonada.
En la última ocasión en que definieron el título, en 2008, los Celtics ganaron por 4-2, pero en aquella ocasión definieron la serie como locales.
Por Boston, el destaque fue para el ´Big Three´, con Ray Allen a la cabeza con 19 puntos, seguido de Paul Pierce, con 13 cartones, y Kevin Garnett, con 12 y 11 capturas.
Los Lakers, con Bryant como máxima figura, salieron decididos a llevar la serie al máximo, pues su estelar jugador tenía ya 13 tantos al principio del segundo parcial, período que concluyó (medio tiempo) con ventaja angelina de 20 cartones (51-31).
Bryant busca su quinto anillo en once años con los Lakers y de lograrlo igualaría a los legendarios ex jugadores del quinteto angelino Magic Johnson, Jerry West, Wilt Chamberlain y Kareem Abdul-Jabbar.
Tratando de forzar la serie a siete juegos en una final en los últimos cinco años, los Lakers contaron también con una excelente actuación en ese tramo de Artest, quien logró 10 de sus 15 tantos en ese período y fue decisivo en el aspecto defensivo.
Por Boston salió al frente en los dos primeros cuartos Allen, con 13 puntos, actuación que concluyó con un triple, el primero desde que impuso récord para una final de ocho bombazos en el segundo juego, pero en la segunda mitad fue limitado a solamente seis unidades.
En esta ocasión, el juego inteligente y neutralizador fue de los Lakers, que desde que comenzaron el encuentro la ventaja siempre fue creciendo, hasta finalmente sacar 22 puntos de diferencia, la mayor en los seis partidos de esta final.