Lakers arrollan a Warriors tras el despido de Brown


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Algunas horas después de que la directiva de los Lakers despidió repentinamente al entrenador Mike Brown y sumió en confusión la campaña de Los Angeles antes de la mitad de noviembre, los jugadores demostraron por qué aún hay amplias razones para pensar que este equipo tiene salvación.

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LOS ANGELES Agencia AP

Los Lakers se enterarán pronto si Phil Jackson obtiene la oportunidad de encargarse del rescate… una vez más.

Kobe Bryant sumó 27 puntos, el español Pau Gasol añadió 14 unidades más 16 rebotes y Los Angeles obtuvo apenas su segundo triunfo de la temporada al arrollar el viernes 101-77 a los Warriors de Golden State.

Jordan Hill encestó 14 tantos por los Lakers, que quedaron sorprendidos tras el cese de Brown luego de sólo 18 meses en el puesto. Después de que la primera mitad les resultó difícil bajo la nueva dirección del entrenador interino Bernie Bickerstaff, en el tercer cuarto empezaron a dominar con un ataque de 25-9 conducido por Bryant, quien también colaboró con nueve tableros y siete asistencias.

«Creo que todo el mundo no sabía cómo reaccionar ante ello en lo emocional», dijo Bryant. «Todo el mundo sólo tenía que encargarse de lo suyo y jugar básquetbol… Como que mucha de la emoción que traíamos se desencadenó cuando jugamos».

La victoria por amplio margen coronó uno de los días más tumultuosos en la historia reciente de una franquicia a la que nunca le falta el dramatismo.

Con el talentoso club de veteranos sumido en un arranque de 1-4 en la campaña —el peor de la Conferencia Oeste— después de una pretemporada sin victorias, el director general Mitch Kupchak y el propietario Jim Buss despidieron abruptamente a Brown, informándoselo a los jugadores durante su práctica matutina.

Bickerstaff condujo a los Lakers como entrenador interino, pero es improbable que el veterano jefe de banca de la NBA sea un candidato para ese puesto en forma titular. Kupchak está buscando un reemplazo de Brown, y es posible que elija a alguien antes del próximo partido de los Lakers el domingo frente a Sacramento.

Rápidamente los aficionados de Los Angeles hicieron saber a quien prefieren: desde las gradas se escuchaba «¡Queremos a Phil!» mientras Bryant cobraba un tiro libre en el tercer período, y más tarde volvieron a expresarlo.

«Puedo entender el por qué», dijo Bickerstaff. «El señor tiene los anillos (de campeón)».

Jackson, un entrenador 11 veces campeón de la NBA que ganó cinco anillos con los Lakers en dos períodos anteriores al frente de ellos, de nuevo está casi hasta arriba de la lista de Kupchak, reconoció el gerente general. Se cree que Mike D’Antoni, ex entrenador de los Knicks y de los Suns, también es otro de los candidatos principales.

Stephen Curry anotó 18 puntos y Klay Thompson tuvo 15 por los Warriors, que han perdido cinco veces seguidas ante los Lakers de manera general, y nueve consecutivas en el Staples Center desde marzo de 2008.

«Simplemente estuvimos fuera de sincronía; no hay excusas», dijo Mark Jackson, entrenador de Golden State. «Si vas a vencer a un buen equipo como visitante, tienes que cuidar la pelota… simplemente decepcionamos en general».

Por otro lado, en Nueva York el aro vibraba y Tyson Chandler gritaba de emoción.

Pero sus palabras más importantes las emitió bastante antes de esa volcada que ayudó a los Knicks de Nueva York a dar cuenta de los Mavericks de Dallas.

En el descanso Chandler le dijo a sus compañeros que no permitieran que su foja perfecta se arruinara, y éstos respondieron con un triunfo de 104-94 el viernes para mejorar a 4-0 su mejor arranque de campaña en casi dos décadas.

«Tyson siempre es muy expresivo. En los vestidores fue muy enfático, hablando tan sólo de que no permitiéramos que este partido se nos escapara», dijo Carmelo Anthony, que encabezó a los Knicks con 31 puntos.

«Salimos a jugar en ese tercer período, en la segunda mitad; nos levantamos a la defensiva, bloqueamos las líneas de pase y jugamos la defensa que hemos estado jugando durante esta última semana», agregó.

El reservista JR Smith añadió 22 unidades a la causa de los Knicks, el único equipo que queda invicto en la NBA. Nueva York no había tenido una foja perfecta después de cuatro partidos desde la campaña 1993-94, cuando arrancó con 7-0 y llegó a la final de la liga.

Los Knicks promediaron 104,7 puntos y permitieron apenas 85,3 unidades por partido en los primeros tres compromisos de la campaña, cuando aplastaron a Miami y barrieron a Filadelfia en visitas recíprocas. Sin embargo, no lograron asegurar el encuentro contra Dallas sino hasta la mitad del cuarto período.

O.J. Mayo anotó 23 puntos por los Mavericks, que vieron cortada una racha de tres victorias en fila y cayeron ante los Knicks apenas por cuarta vez en los últimos 22 partidos.

«Nueva York es un equipo veterano y si les das más posesiones en pérdidas de balón catastróficas, van a convertirlas en puntos», dijo Rick Carlisle, entrenador de Dallas. «Son un equipo muy bueno. En mi opinión son uno del puñado de equipos que tiene una oportunidad de salir adelante en el Este».

En otros resultados de la jornada, los Nets de Brooklyn vencieron 107-68 al Magic de Orlando; los Bucks de Milwaukee 101-91 a los Wizards de Washington; el Heat de Miami 95-89 a los Hawks de Atlanta; los 76ers de Filadelfia 106-100 a los Celtics de Boston, y los Timberwolves de Minnesota 96-94 a los Pacers de Indiana.

Además, el Thunder de Oklahoma City le ganó 105-94 a los Pistons de Detroit; los Hornets de Nueva Orleáns 107-99 a los Bobcats de Charlotte; los Grizzlies de Memphis 93-85 a los Rockets de Houston; los Suns de Phoenix 107-105 a los Cavaliers de Cleveland; los Nuggets de Denver 104-84 al Jazz de Utah y los Spurs de San Antonio 97-86 a los Kings de Sacramento.