El Partido Laborista del primer ministro británico, Gordon Brown, perdió unas elecciones parlamentarias cruciales en Escocia, en la circunscripción de Glasgow este, según los resultados anunciados hoy.
John Mason, candidato del partido independentista escocés SNP, derrotó a la candidata laborista, Margaret Curran, obteniendo 11.277 votos, frente a los 10.912 de esta última. En las anteriores elecciones de 2005, el Partido Laborista había ganado con 13.507 votos de diferencia.
Anoche, los laboristas habían pedido un recuento de los votos, provocando un retraso de alrededor de una hora en el anuncio de los resultados, pero no en su contenido.
Con estos comicios, el partido independentista escocés ha visto aumentar sus votos un 26% con respecto a 2005, en esta circunscripción considerada la tercera más segura de Escocia y la 25ª del Reino Unido para los laboristas.
Tras el anuncio de los resultados, John Mason indicó que la «victoria del SNP no es sólo un sismo político, sino que va más allá de la escala de Richter».
«Es una victoria heroica cuya sacudida se sentirá hasta Downing street», la residencia oficial del primer ministro en Londres, añadió.
Hoy por la mañana, el líder del partido conservador, la principal formación de la oposición británica, David Cameron, declaró a los periodistas: «Evidentemente es un resultado espantoso para el Partido Laborista y para Gordon Brown».
«Lo que me pregunto es si realmente vamos a poder aguantar esto 18 meses más. Creo que el Primer ministro tendría que irse de vacaciones y nosotros deberíamos organizar unas elecciones», añadió.
Las próximas legislativas tendrían que tener lugar a más tardar en mayo de 2010.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Internacional, Douglas Alexander, uno de los aliados más próximos de Gordon Brown, reconoció que se trataba de un «mal resultado», pero estimó que no se debe sólo a una persona.
Los electores han expresado su «frustración» por las dificultades económicas mundiales, consideró, lanzando un llamado en favor de la unidad de los parlamentarios laboristas que tengan la tentación de amotinarse.
«Hemos recibido una lección muy severa que nos dice que los partidos divididos pierden», reveló.
La derrota laborista fragiliza todavía más la posición de Gordon Brown, mientras que el primer ministro británico sigue batiendo récords de impopularidad. A principios de mayo, en las elecciones locales, el Partido Laborista registró su peor derrota de los últimos 40 años.
Según la agencia británica Press Association, al Partido Laborista sólo le quedaría un parlamentario en Escocia si el resultado de Glasgow este, una circunscripción urbana azotada por una alta tasa de paro y una aguda miseria social, se reprodujera en elecciones legislativas a nivel nacional, frente a los 40 legisladores electos en 2005.
Sobre todo, varios miembros del gobierno, entre ellos Brown, los ministros de Finanzas, Alistair Darling, y de Defensa, Des Browne, perderían sus escaños en caso de unas elecciones nacionales.