Según la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, seis o más diputados pueden pedir la votación nominal y en tal caso la misma se hará de conformidad con el procedimiento establecido en esa normativa legal. La importancia de la votación nominal es dejar constancia de la postura de cada representante al respecto, pero no se supone que la misma se tenga que aplicar en la votación por artículos de cualquier decreto, porque en el caso de que se trate de leyes como podría ser alguno de los códigos en las materias civil, penal, mercantil, laboral o administrativo, se podría consumir el tiempo de una legislatura simplemente sometiendo a votación nominal el total de los artículos.
En otras palabras, pedir la votación nominal por artículos no es más que una práctica para impedir la aprobación de leyes y tal es el caso de lo que los diputados del Partido Unionista están haciendo con la de Armas y Municiones. Es muy fácil decir que se apoya una iniciativa de ley y luego impedir su aprobación recurriendo a ese procedimiento y eso lo saben perfectamente los que pidieron la votación nominal en este caso. El principal líder del partido Unionista, el alcalde ílvaro Arzú, entiende perfectamente el sentido de la propuesta de los diputados de su formación política y se entiende que tanto él como la dirigencia formal del partido están avalando el freno a la aprobación de la ley.
Es sabido que se oponen a la aprobación de la nueva Ley de Armas y Municiones los que están en el negocio de la venta de armas y quienes tienen vínculos con el crimen organizado, por lo que habrá que ver en cuál de las corrientes se ubican los diputados que a capa y espada ponen obstáculo a la aprobación de la ley.
Entendemos que la violencia no se detendrá simplemente por la aprobación de una ley, pero sí hace falta que existan mecanismos adecuados para sancionar a los infractores del orden legal en el tema específico de la tenencia y portación de armas. Por ello es que el Congreso tendría que actuar con verdadera iniciativa para impedir las tácticas dilatorias que los comprometidos con el sistema actual de impunidad utilizan para impedir los cambios. Y una opción inmediata y urgente es que se aprueben, por lo menos, las reformas que establezcan sanciones más severas y eliminen la posibilidad de otorgar libertad bajo fianza a los que incurran en delitos por la tenencia o portación de armas.
El Congreso no tiene el menor interés en mejorar su imagen y lavar la cara luego de los 82 millones que Meyer le regaló a Girón. Lo demuestra la actitud que tiene un puñado de diputados que pone de rodillas al resto evitando que el voto de la mayoría pueda ser efectivo para aprobar una ley.