Octubre, para el pueblo católico de Guatemala, es sinónimo de la Virgen del Rosario, a la cual se le rinde un culto especial y multitudinario
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Un poco de historia
La Iglesia Católica instituyó el 7 de octubre de cada año, como el de Nuestra Señora del Rosario. Habitualmente, esta celebración se celebraba el primer domingo de cada octubre. En 1571, durante la Batalla de Lepanto, con motivo de esta fista el Ejército Español se encomendó a la Virgen Del Rosario; por la victoria obtenida (y especialmente porque tenía una fuerte connotación religiosa, ya que la batalla era contra los musulmanes) se estableció como fijo el 7 de octubre para esta festividad.
Asimismo, los españoles le tomaron un cariño especial a esta festividad, la cual fue trasladada inmediatamente a América.
Auge en Guatemala
En nuestro país, la celebración de la Virgen del Rosario no se simplifica únicamente a un día, sino que la fiesta dura todo el mes. La Basílica de Santo Domingo, en la 12 avenida de la zona 1 de la ciudad capital, recibe la visita de miles de feligreses durante el mes.
Más que otra representación de la Virgen María, la Del Rosario parece tener una simpatía especial dentro del pueblo guatemalteco, que acude a ella no sólo para pedir bendiciones, sino que para recibir consuelo.
Esta patrona de Santo Domingo ha tenido un culto que ya se puede calificar de histórico.
Una verdadera fiesta
Más que en otra celebración, probablemente sólo comparada con la Feria del Cerrito del Carmen o la misma Semana Santa, los alrededores de Santo Domingo se visten de fiesta. Particularmente, la comida y las dulces hacen de este culto una verdadera fiesta.
La comida de esta festividad está muy ligada a la sensación dulce. De hecho, por la época, el culto a la Virgen del Rosario y su comida típica presagia, desde ya, los platillos típicos de la festividad del Día de los Santos, como el ayote y los jocotes en miel.