La violencia fratricida


Estimado señor Marroquí­n:

Es difí­cil ver que en nuestro paí­s los adolescentes y jóvenes se convierten en sociópatas, cometiendo delitos tan condenables como el ocurrido en el centro de privación de libertad de menores de edad, donde la ví­ctima, ahora, es un educador que con su trabajo sólo pretendí­a ayudarles. También es sorprendente como el ciudadano en vista de los escasos o nulos resultados del sistema de persecución penal y de justicia, opten por atacar lo violencia con mas violencia, esto es uno de los elementos que ha alimentado esta vorágine de sangre en la que diariamente vivimos.

Mario Sánchez, marioaction(5)hotmail.com

La opción de matar a estos antisociales ya se ha puesto en práctica en Guatemala, hace cerca de cinco años el Departamento de Estado de los EE.UU., indicó que en nuestro paí­s se estaba llevando a cabo la llamada «limpieza social». O sea la opción de matarlos ya se probó y nada mejoró, es mas, la cosas se han agravado. ¿Entonces que hacer? A mi humilde criterio hay varias alternativas:

a) la prevención: en las áreas marginadas, que se evite que los niños de ocho a diez años sean cooptados por las maras, es en esta etapa cuando aprovechando su vulnerabilidad social y escasa madurez los integran a estos grupos y luego se convierten en los recibe-órdenes de los grandes señores del crimen organizado.

b) Dirigir polí­ticas sociales para atender las necesidades básicas de los niños y jóvenes que son la mitad de la población guatemalteca y con ello reducir dicha vulnerabilidad.

c) Que el ciudadano en lugar de optar por la violencia participe en su comunidad: en la escuela, en la iglesia, la liga de futbol, en el Cocode, realice denuncias, estas pueden ser sin identificarse (según entiendo), a la PNC etc, todo ello para contribuir a llevar paz, a través de alternativas de prevención, tales como las de salud mental, no basta solo con maldecir y pedir, también hay que contribuir al cambio.

d) Que el Estado tome control interno y externo de los centros de privación de libertad, tanto de adultos como menores de edad para que estos centros dejen de ser la universidad del crimen y los centros de coordinación de delitos.

e) Que al depurar y optimizar a la PNC (como actualmente se ve que se hace), y al sistema de persecución penal y de justicia, se individualice y procese a los delincuentes, haciendo valer el imperio de la Ley.

No comparto la idea de atacar lo mencionado con violencia, pues según las estadí­sticas en Guatemala mueren cerca de 50 menores de edad al mes en forma violenta, considero que más violencia sólo nos conducirá a la anarquí­a total, ya estamos cerca de esto.

Primero la guerra genocida y ahora la violencia fratricida, se debe poner un alto a esto, construyendo un paí­s democrático sobre la base de la justicia social, la Biblia nos dice que la violencia solo genera más violencia.

Atentamente