
La celebración de las elecciones legislativas del 8 de enero en Pakistán parecía hoy bastante improbable ante la ola de violencia desatada tras el asesinato de Benazir Bhutto y en medio de una fuerte polémica sobre las causas de la muerte de la líder opositora.
Al menos 33 personas han muerto a causa de las violentas protestas y motines en todo el país desde que Bhutto fuese asesinada el jueves en un mitin en la norteña ciudad de Rawalpindi.
Estados Unidos y los países occidentales han urgido a Pakistán a continuar con el proceso democrático tras el atentado contra la ex primera ministra, pero el líder opositor y ex primer ministro Nawaz Sharif ha dicho ya que su partido va a boicotear las elecciones.
La comisión organizadora de los comicios advirtió hoy que los actos violentos cometidos en Pakistán desde el jueves han «afectado desfavorablemente» al proceso electoral.
«Todas las actividades en el marco del proceso electoral que preceden a la votación, incluida la impresión de las papeletas de voto, la logística y la formación del personal encargado de llevar a cabo las operaciones, se han visto afectadas desfavorablemente», declaró la comisión electoral, organismo encargado teóricamente de anular los comicios o de aplazarlos.
El partido opositor paquistaní de la ex primera ministra decidirá mañana si participa en las elecciones legislativas y provinciales previstas para el 8 de enero, o si opta por boicotearlas, anunció una de sus responsables.
«Tomaremos una decisión sobre las elecciones durante una reunión de nuestro comité mañana», declaró Sherry Rehman, ex portavoz de Bhutto y una de las dirigentes del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP).
Un responsable del partido en el poder que apoya al presidente Pervez Musharraf ha asegurado, por su parte, que los comicios no tendrán «ningún significado» si el PPP no participa en ellos, dos días después de que el segundo partido opositor, el de Sharif, anunciara que los boicoteará.
Además de la incertidumbre electoral, la causa de la muerte de Bhutto era motivo de discordia.
El partido de Bhutto rechazó hoy la versión oficial de su muerte, calificándola de «absurda», y acusó al gobierno paquistaní de «disfrazar la verdad».
Ayer, el gobierno paquistaní, citando a médicos que efectuaron la autopsia del cadáver de Bhutto, aseguró que la líder opositora murió a causa de un golpe en la cabeza contra el techo levadizo de su vehículo mientras intentaba evitar los disparos de su agresor, que a continuación hizo estallar la bomba que llevaba.
«Creo que es ridículo que el ministerio del Interior asegure que murió de un golpe en la cabeza; es una absurdidad peligrosa porque es un intento de disfrazar la verdad», concluyó.
Los militantes del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), la formación de Bhutto, acusaron al poder de ser el responsable de su muerte, ya sea por negligencia en su protección o bien por la responsabilidad de sectores de los servicios secretos en el atentado.
Entre tanto, los seguidores de Benazir Bhutto lloraban la muerte de su líder durante una nueva manifestación en un país paralizado en el segundo día de duelo nacional.
Unas 10 mil personas que gritaban consignas contra el presidente paquistaní Pervez Musharraf y oraban por Benazir Bhutto desfilaron hoy por las calles de Lahore, la gran ciudad del noreste de Pakistán.
Frente a una mezquita local, numerosos efectivos policiales vigilaban de cerca la manifestación que se ha convertido en una de las congregaciones más multitudinarias desde el atentado del jueves.
Los manifestantes voceaban lemas hostiles al partido en el poder y cantaban en coro «Go Musharraf, go» (vete Musharraf, vete).