La verdadera inversión que necesitamos


Oscar-Marroquin-2014

El debate sobre la ley pomposamente llamada “de Inversión y Empleo”, que no es más que extender privilegios de exoneraciones fiscales para atraer capitales que quieren evitarse el pago de impuestos, nos obliga a ir más al fondo de nuestra realidad para entender que la inversión que el país realmente necesita es la que debemos hacer los guatemaltecos para financiar un desarrollo sostenible a partir de ingresos fiscales que nos permitan destinar recursos a educación, salud, seguridad y justicia, para señalar el mínimo, a fin de que dejemos esa condición de atraso y subdesarrollo que obliga a nuestros compatriotas a ver en la migración la única esperanza de dignidad.

Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt


Está generalizada entre las élites de nuestro país la idea de que los impuestos son un despojo que el Estado ineficiente le hace al ciudadano honrado y que el desarrollo únicamente depende de la inversión privada capaz de generar empleo. Décadas enteras hemos escuchado el mismo argumento ideológico sin reparar que no hay ningún país desarrollado del mundo que haya alcanzado esa situación sin haber hecho una fuerte inversión en su gente y en la infraestructura para estar en condiciones de competir. Ciertamente el nuestro es un país donde duele mucho pagar impuestos porque hay una enorme corrupción, pero la misma no es patrimonio exclusivo de los políticos, sino de sus socios en el empresariado que participan activamente en los negocios que les permiten repartirse el pastel.
 
 Muchos grandes negocios están en la jugada de la corrupción y los políticos dependen de su financiamiento para llegar al poder, lo que se traduce en un permanente tráfico de influencias para que juntos, empresarios y políticos, hagan piñata con los recursos públicos. Y si uno quiere explicar a esa gente que nuestro país no tiene viabilidad en las condiciones actuales, sin seguridad, justicia ni servicios básicos decentes, esa gente dice que aquí todo está bien y que sólo los alarmistas no lo entienden. Si están ganando a manos llenas, ¿cómo van a entender las razones y causas de la conflictividad social que tiene a muchos preocupados?
 
 Guatemala está urgida de inversión, pero no de inversionistas que andan a la caza de paraísos fiscales y de salarios de miseria para instalar sus empresas. Es inversión sólida de los guatemaltecos para apostar al financiamiento de nuestro propio desarrollo lo que hace falta.
 
 Somos el país que menos carga fiscal tiene, en donde hay más contrabando y se evaden más impuestos. Ninguna Nación con esas características ha logrado sentar las bases de su desarrollo porque el mismo no se alcanza con cascaritas de huevo, por más que los teóricos de las ideologías anti  Estado sostengan lo contrario. No hay un ejemplo en el mundo de un país que haya asegurado su prosperidad y crecimiento económico sin haber cuidado de su gente, brindándole educación y salud, además de seguridad para desarrollar sus actividades.
 
 Los maquileros quieren otro paraíso donde no paguen impuestos y paguen salarios de hambre y los políticos de Guatemala están dispuestos a ofrecerlo a cambio de la coima que todos conocemos.