La verdad sobre el Mariscal Rommel


Un buen número de investigadores ocupados en escribir sobre el tema de la guerra, enfocando los sucesos del 20 de julio 1944, cuando una bomba de relojerí­a colocada por el coronel Klaus Von Stauffenberg estuvo a punto de matar a Adolf Hitler, incluimos dentro de las ví­ctimas de la represión desatada por ese motivo al mariscal Erwin Rommel héroe de guerra, quien podrí­a haber sido llamado a ser una figura prominente en la conducción de Alemania muerto Hitler.

Doctor Mario Castejón

Haciendo una revisión de lo actuado por el Zorro del Desierto por medio de diarios y cartas manuscritas enviadas a su hijo Manfred y a su esposa Louise, Rommel dejo claro igual que lo hizo a nivel personal con muchos de sus colegas del alto mando de la Wermacht, que la guerra estaba perdida y que deberí­a negociarse una paz condicionada con los aliados angloamericanos. Lo anterior no implica que tuviera una participación en el atentado que estuvo a punto de terminar con Hitler, Rommel como otras figuras en Alemania percibió sin ser parte de ella que existí­a una conspiración para matar a Hitler y acortar la guerra y su relación cercana con alguno de los implicados en el atentado de Stauffenberg puso a los sabuesos de la Gestapo detrás de él y encontraron que hací­a cabeza dentro de un grupo de militares de alta graduación que viendo perdida la guerra de mucho tiempo atrás y con mayor razón en ese momento, julio de 1944, a poco más de un mes del desembarco aliado en Normandí­a marchando los ejércitos angloamericanos hacia Parí­s, veí­an la necesidad de llegar a una rendición antes que caer en manos del Ejército Rojo que también avanzaba a marchas forzadas .

La implicación de los generales al mando de los Ejércitos del Oeste en Francia y Bélgica Gunther Von Kluge y Carl Von Stulpnagel con quienes Rommel habí­a planteado su posición, además de su estrecha relación con su subordinado en la Campaña de ífrica, el general Hans Speidel, todos involucrados en el complot para asesinar a Hitler, dirigieron los pasos de la Gestapo hacia Rommel hecho que le condenó a muerte, no encontrando más pruebas que la actitud realista ante la guerra de éste. Después de una reunión a raí­z de la Batalla de El Alamein en el norte de ífrica -sostenida con Hitler y Goehring- dijo a su esposa que la guerra estaba perdida y debí­a intentarse una paz de compromiso y esta idea fue tomando fuerza dentro de la gente con quien hablaba.

Rommel fue herido en Francia el 17 de octubre, tres dí­as antes del atentado contra Hitler al ser ametrallado su automóvil por un avión de caza en una carretera de Francia, acción en la que murió su conductor y el fue hospitalizado con heridas serias aunque no mortales, ahí­ se enteró del atentado contra Hitler quien se preocupaba por su salud según una carta que el Mariscal le hizo llegar a su esposa.

El paradero del general Hans Speidel permaneció desconocido hasta que el nombre de Rommel se mencionó junto al de él en el Tribunal Especial creado por Hitler tras el atentado de Von Stauffenberg. El Mariscal decí­a a Hitler en la última carta que iba a escribir, de los méritos de Speidel .El 10 de octubre el general Wilhelm Keitel su Comandante en Jefe de acuerdo con Hitler lo cito en Berlí­n y Rommel previendo que querí­an asesinarlo según lo hizo saber a uno de sus colaboradores obtuvo una certificación médica que justificaba su imposibilidad de viajar.

El 14 de octubre al mediodí­a, los generales Wilhelm Burgdorf y Ernst Meisel, incondicionales de Hitler -el primero era su concuño- llegaron sin anunciarse a la casa de Rommel y se encerraron con él. Al salir Rommel habló a su esposa, a su hijo Manfred y a su asistente el capitán Herman Aldinger indicándoles que la casa estaba rodeada por la Gestapo y que le daban a escoger la posibilidad de poder quitarse la vida con un veneno que los mismos generales llevaban consigo, que si aceptaba esto su familia no sufrirí­a. Aldinger trató de convencerlo a resistir pero él se opuso; tení­a adoración por Rommel, y cuando un equipo de comandos con órdenes de Churchill en dos submarinos, desembarcaron en la costa africana con orden de matar o secuestrar a Rommel al final de la lucha uno de los sobrevivientes pregunto a Aldinger: ¿lo matamos? y Aldinger le respondió sonriente: ¿hablas en serio, inglés? Rommel habí­a salido el dí­a anterior a Berlí­n.

Mi padre se colocó el bastón de Mariscal bajo el brazo izquierdo al entrar al vehí­culo, dice su hijo Manfred, cuando le abrió la puerta un conductor de las SS y junto a él subieron Burgdorf y Meisel. Veinte minutos más tarde sonó el teléfono y contestó Aldinger según escribe Manfred Rommel y una voz le notificó la muerte de su padre ocurrida como consecuencia de sus heridas. Lo vimos en el Hospital de Ulm dice en una pequeña habitación: «mi padre yací­a en una cama de campaña vistiendo su uniforme de ífrica con una expresión de absoluto desprecio en el rostro «.

Erwin Johannes Eugen Rommel recibió un funeral de Estado y su entierro fue apoteósico con asistencia de los jerarcas del partido nazi, la mayorí­a de las personas sabí­an la verdad, pero como sucede con los pueblos oprimidos y silenciados callaban; una gigantesca corona que era conducida por un vehí­culo especial, habí­a sido enviada por Adolf Hitler.

Recordatorio:

Olga Regina Cáceres Midence, nietecita de nuestra querida Mila Sandoval de Midence, murió en Menphis Tennessee luchando con valor y fe cristiana; llegue para Mila, para sus padres Dr. Rodolfo Cáceres y Marta Regina Midence y para toda esa querida familia el cariño de los Castejón Quiñones.