La verdad es una sola


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Al inicio de un nuevo año parte de nuestra obligación individual y colectiva, privada y pública, es hacer un recuento de lo que fuimos capaces de hacer, de lograr y lo que no fue posible. La elaboración de la memoria, de ese recuento debe ser exacta, sincera, el engañarnos no cambiará nada, por el contrario será parte de la razón por la cual nuestros fines y propósitos en el siguiente año no los logremos.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


En el sector público el Presidente y Vicepresidenta de la República deben hacer un recuento, una evaluación de lo que los ministros y secretarios ejecutaron conforme al programa y lineamientos de gobierno, es el momento de aceptar o de pedir la renuncia de aquellos que se les califique de ineficientes o de regulares, por ello la tradición es que los ministros y secretarios pongan a disposición su cargo, de tal forma que el Presidente acepte sus renuncias o al no hacerlo les prorrogue su mandato.

No hay peor ciego, ni peor sordo que el que no quiere ver y considerar que todo lo actuado ha sido provechoso es vano, hasta soberbio. El Presidente y Vicepresidenta de la República fueron electos para cuatro años, no así los ministros y secretarios o responsables de entidades autónomas por ello, si no se sabe reajustar, reafinar la capacidad de ejecución del gobierno se incurrirá fácilmente en nuevos fracasos.

El 14 de enero concluye el primer año del actual gobierno, quién mejor que alguien que la mayor parte de su vida la pasó como oficial del Ejército para saber que su responsabilidad irrenunciable es evaluar lo ejecutado y comprobar que si su mandato fue más positivo que negativo, ello deberá reflejarse en su informe al Congreso de la República, quien como representante del pueblo lo recibe, informe que a su vez debe ser una síntesis de lo que el Presidente exponga en la sesión solemne de ese día ante el pleno del Organismo Legislativo.

De la sinceridad, objetividad, de la precisión y verdad de lo que contenga el informe se desprenderá el barómetro que indique lo bueno, lo regular y lo malo de lo actuado y de lo no actuado. Los asesores del Presidente no deben inducirlo al engaño, menos aún el binomio presidencial caer en el concepto del espejo, mirándose solo de forma positiva y no analítica y crítica. Dios es perfecto porque es Dios, todos los seres humanos somos imperfectos; más se enaltece un gobierno cuando en su informe y evaluación reconoce sus errores y omisiones y no solo pretende ver aciertos.

El 14 de enero es también el momento adecuado de proyectar los planteamientos y metas que se desean lograr en un segundo año de gobierno, el hacerlo es fijar el rumbo, el norte, el azimut magnético al que debemos dirigirnos, todo ello permite al conjunto del sector público saber el camino y rumbo a seguir, también le da al binomio presidencial el respaldo de poder decir a quienes no caminen en el rumbo y objetivos establecidos que se enmiende o de lo contrario se le destituya.

El presentar el informe, el exponer un resumen de lo actuado y lo proyectado ante el Congreso es hacerlo ante el pueblo, en esa sesión solemne están los representantes de la población, el cuerpo diplomático y las principales autoridades del Ejecutivo, Legislativo y entidades públicas, por ello es un momento solemne que debe ser respetado y aprovechado principalmente por el Presidente de la República.

La ciudadanía en general, específicamente la sociedad civil, los sectores organizados de la misma y las universidades deben proceder, una vez recibido el informe anual presentado por el Presidente, a evaluarlo, analizarlo, ponderarlo y criticarlo, no hacerlo es pecar de omisión.
¡Guatemala es primero!