La Verbena y el fiambre de siete círculos dantescos


Ramiro-MacDonald-2013

Viernes 1 de noviembre 2013, 10 horas. Junto a mi esposa ingresamos al espacio de los seres más marginados de Guatemala, a compartir con los “abandonados”, según Cirilo Santamaría, sacerdote católico de verbo impetuoso: los asesinados en el conflicto armado. Centenares de cuerpos “X-X”. Ellos nunca fueron reconocidos por sus huellas dactilares y ahora que hay exámenes de ADN para identificarlos, muy pocos se atreven, porque están enterrados en fosas comunes de ignominia.

Ramiro Mac Donald


Ingresando a La Verbena, rememoramos los siete círculos del purgatorio. Nos espera una experiencia neobarroca en esa fría mañana, sin viento ni barriletes. Dante Alighieri se anticipó a este espectáculo-cementerio, esta jornada dolorosa. Los mercantes móviles, errátiles, se apoderan de la vía principal; la fuerza comercial de este submundo genera subsistencia –vida–, alrededor de un lugar de muerte. Dantesco espectáculo de gente emborrachándose, al salir del “adorno” de sus muertos. Largas cuadras son inundadas por improvisados y sucios comedores de fritangas, ceviches, ventas de cervezas y licor, a la par de juegos para niños, ventas de chucherías al paso, baratijas y bagatelas… y tristes flores plásticas para los muertos. ¡Para que duren meses! Y flores vivas de pocas horas, para signar recuerdos y presencias fugaces. También remordimientos y desasosiegos familiares casi olvidados.

Un ejército de policías y soldados “cuidan”, solo viendo; algunos intimidan: pajarracos mortíferos con armas largas, deambulan vestidos de luto, miradas inquisidoras y actitudes prepotentes; casi pisando las tumbas en esta tierra santa. Los nichos son adornados como si fuera fiesta, zarabanda, con vejigas y guirnaldas; policías y militares vagan lentamente husmeando comidas y  bebidas, entre el humo de carne asada, olores a chorizos quemados. Platos repletos de comidas grasosas vuelan sobre las cabezas. Un fiambre de imágenes neobarrocas nos inunda y estremecen. Aquí el autor de la Divina Comedia, se quedó corto: entre el purgatorio y un cielo inalcanzable… los capitalinos visitan a sus difuntos este 1 de noviembre.

El Decanato 3 de la Iglesia Católica preparó una Misa concelebrada con 13 sacerdotes canosos, vestidos de blanco, en el sector de “La Isla”. Una eucaristía al aire libre con piso de tierra. ¡Por la vida, no por la muerte! En La Verbena donde la represión tiró cadáveres de cientos y cientos de “desaparecidos”. En este simbólico y mísero territorio lúgubre (con zopilotes a la vista) la palabra redentora de un Cristo humanizado se escuchó por potentes altavoces por décimo año consecutivo.  Una verdadera Iglesia Católica con y para los pobres como la pregona el Papa Francisco; una iglesia para los olvidados: los que sufren la marginación, el “borrón” oficial. Hermosa convivencia cristiana, cargada de fe y esperanza… y no pesados ritos mortuorios, recordando fantasmas de familiares.

Al mediodía, sin sol ni ventisca refrescante de noviembre, vamos contra la corriente: centenares de dolientes ingresan con ramos de flores, buscando quien los ayude a limpiar la tumba del ser querido. Escaleras, botes de agua, cubetas, implementos listos. Bandas de músicos y mariachis. Niños, mujeres, ancianos. Jóvenes vestidos como si fueran a una fiesta electrónica nocturna,  se entremezcla con mayores de edad que persisten en mantener viva la tradición de visitar estas tumbas ingratas, frías, grises. Un mar de almas que respira, viene a visitar a otro mar de sombras. Caminan hacia los nichos, como se coloca en capas de carnes y verduras, despaciosamente, paso a paso, aquel fiambre que hacía la abuela. Amor y memoria. Una neobarroca fiesta de tradiciones culinarias, remembranzas y reencuentros con el pasado.

El arco amarillo del cementerio La Verbena,  inusitadamente alto, nos ve pasar. Alguien busca al “patojo” para arreglar el nicho, un policía municipal medio dirige el tráfico y Dante Alighieri, cuando salimos de aquel purgatorio, nos guiña el ojo, porque se queda… dando siete vueltas en círculo.