Varios destinos turísticos importantes están asociados a la existencia de cuerpos de agua rodeados de atributos naturales que sobresalen por su belleza. El lago de Atitlán, por ejemplo, es el tercer sitio más visitado del país (después de la ciudad capital y la Antigua Guatemala).
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Otros cuerpos de agua cumplen también una función importante como ejes de actividades económicas y como bienes sociales para la recreación; entre los que se encuentran el lago de Izabal, el lago de Amatitlán, Semuc Champey, la laguna Chichoj, la laguna Magdalena, las lagunas de Sepalau, el lago Petén Itzá; y los ríos Motagua, Chixoy, Cahabón y Polochic, entre otros.
Un estudio realizado en el año 2008 por el IARNA de la URL, con la colaboración del Instituto de Estudios para el Desarrollo de Tilburg (IVO, por sus siglas en holandés) y la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) (Perfil Ambiental de Guatemala 2008-2009), revela datos útiles para comprender la dinámica económica y social alrededor del lago de Atitlán y su vinculación con los bienes hídricos.
El estudio analiza datos del año agrícola 2002-2003 (junio 2002 a mayo 2003) y estima que la sumatoria de ingresos generados por los diferentes sectores productivos de la cuenca equivale al 1.9% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. El sector agrícola fue el más importante empleador, con aproximadamente 44% de la población económicamente activa del área dedicada a esa actividad. Otros sectores importantes fueron el comercio al por menor, los restaurantes y hoteles (19% de los empleos) y la manufactura de textiles (14% de los empleos).
Estas actividades económicas consumieron agua y produjeron aguas residuales. Se estima que el volumen de aguas residuales generadas por estas actividades, en combinación con las aguas grises de 4,567 hogares y 553,033 visitantes, alcanzó los 334,588 m3 en el año agrícola 2002-2003.
Además, como resultado de procesos de erosión natural y artificial (principalmente por la agricultura), el lago recibió aproximadamente 972 toneladas métricas de nitrógeno y 381 de fósforo en el periodo indicado, contenidas en 101,499.8 toneladas métricas de suelo agrícola erosionado.
La contaminación del agua, sumada a la pobreza y a las condiciones de insalubridad, determina la incidencia de enfermedades de origen hídrico, siendo la diarrea la más común. Para el área de la cuenca el sistema de salud reportó una incidencia de diarrea del 5% de la población, reflejado en un total de 9,322 casos durante el periodo estudiado. El estudio muestra que un 75% de esos casos provino de hogares ubicados por debajo de la línea de pobreza.
En el 93% de los casos se trata de hogares que, al margen de su condición de pobreza, carecían de condiciones de saneamiento mínimas (agua corriente, drenaje o ambos). El 77% de los hogares afectados tenía acceso a algún tipo de servicio de salud, lo cual sugiere que las condiciones sanitarias del hogar son el factor más relevante para determinar la ocurrencia de enfermedades hídricas, y están por encima del acceso a servicios de salud.
Las características fisicoquímicas y las formas de vida que se desarrollen bajo estas condiciones, dependen de la dinámica social y económica establecida en la cuenca. Estas dinámicas sólo es posible regularlas desde las instituciones en todas sus formas. Hasta ahora es evidente que las distintas expresiones institucionales con presencia en el lugar no han sido capaces de regular esas dinámicas socioeconómicas que de manera irrefutable están conduciendo a una transformación fisicoquímica y biológica del lago más allá de sus capacidades de autorregulación, lo cual conducirá a su deterioro.
Ello se revertirá, tal como las tendencias de este estudio que ya lo demuestran, en la calidad de vida de la población. El manejo integral de la tierra en la cuenca, la revitalización de los espacios de vocación forestal para protección, el ordenamiento urbano y el control de la totalidad de los desechos sólidos y líquidos que pueden afectar el agua, son tareas impostergables. Síntesis de un estudio realizado por la Universidad Rafael Landívar y su Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA).
Preocupados por el lago: lectores opinan acerca de la contaminación del lago de Atitlán.
Antonio Fuentes: «Ahora el lago se convirtió en la gran metáfora de nuestra corrompida sociedad».
Gilberto Armando Molina Bedoya: «El lago siempre ha estado de moda, lo que está en boga es la contaminación ocasionada por el homo sapiens. Además ha ido destruyendo bosques con la tala inmoderada de árboles, la caza y la pesca en forma exagerada sin importarles el daño que ocasionan en las aguas de los lagos y ríos y al planeta Tierra. El delicado equilibrio entre los animales y plantas que comparten la tierra se desarrolló a lo largo de millones de años.