El sábado, 28 de junio, las tres redes guatemaltecas que funcionan en los Estados Unidos, CONGUATE, MIGUA y la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG) se reunirán en Nueva York, con el propósito de coordinar sus esfuerzos por empujar iniciativas y proyectos de su interés. La idea es forjar un mecanismo de coordinación que permita contar con mayor fuerza para sus acciones futuras.
En el pasado, se logró la coordinación de CONGUATE y la RPDG para apoyar la solicitud de TPS (estátus de protección temporal) que el gobierno de í“scar Berger hizo al Gobierno de los Estados Unidos, luego del paso del Huracán Stan. Esa experiencia sirvió de base para recientes comunicaciones entre las redes, con motivo de la creación del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (CONAMIGUA), por un lado, y en respuesta a la redada de Iowa, por el otro. Fue evidente en ambos casos que era necesario, mediante una coordinación más constante, anticiparnos a los hechos.
La agenda de trabajo para la reunion del 28 recoge las inquietudes de cada una de la redes. El objetivo a lograr es definir los mecanismos de trabajo que permitan dar impulso a las acciones que merezcan el consenso, en el entendido que cada red seguirá empujando otros proyectos que sean de su particular interés. Entre los temas principales están el voto y la representación de los guatemaltecos en el exterior; el apoyo al TPS; la elección del Secretario Ejecutivo de CONAMIGUA; la integración del Consejo Asesor de CONAMIGUA, con el planteamiento de que el proceso de elección debe repetirse en condiciones de mayor democracia y representatividad; la necesidad de reformar la Ley de CONAMIGUA; la lucha por la reforma de la Ley de Inmigración de los Estados Unidos; y propuestas al Estado y sociedad guatemaltecos.
La primera meta será establecer la modalidad de coordinación, la segunda será definir los temas de trabajo conjunto. Una tercera meta será planificar, conjuntamente, algunas acciones iniciales. Al igual que con todos los procesos unitarios de índole social o política, posiblemente los primeros pasos van a ser pequeños y cautelosos. No obstante, las tres redes se preparan con seriedad para avanzar lo más posible. Se trata, sin duda, de un salto de calidad, que puede provocar que en el futuro muchas más organizaciones guatemaltecas en el exterior que no se han afiliado a ninguna de las redes puedan sumarse a las mismas o a la coordinación general.
Para la sociedad civil guatemalteca, este esfuerzo debe verse positivamente, porque refleja la posibilidad de lograr la «unidad en la diversidad». Cada red se ha formado obedeciendo a causas particulares; pero eso no impide actuar en coalición cuando las condiciones lo determinen o lo favorezcan. Esfuerzos de esa naturaleza se han dado al interior de Guatemala, los más importantes de ellos durante el proceso de negociaciones de la paz, pero se han ido haciendo cada vez más difíciles ante una situación política que lejos de mejorar se hace cada día más frustrante. Los guatemaltecos y guatemaltecas en el exterior creemos que éste sera uno de nuestros aportes tangibles al cambio positivo en nuestro país, con la esperanza de estrechar nuestra relación con el movimiento social y las entidades progresistas.