La trata de personas mancilla la dignidad humana


El origen de la migración se localiza desde los inicios de la humanidad. No es una realidad contemporánea. La necesidad de trabajar para obtener un salario, la presencia de guerras, inestabilidad polí­tica, discriminación, pobreza, y las implicaciones socioeconómicas de fenómenos naturales, entre otros factores, obligan a hombres y mujeres a trasladarse de su paí­s a otra nación en busca de mejores perspectivas de vida.

Carlos Cáceres

Son múltiples las dificultades que deben enfrentar quienes integran la migración laboral, en especial, ser ví­ctimas de los traficantes inmersos en la trata de seres humanos. A partir de 1902 (Conferencia de Parí­s) este hecho fue conocido como trata de blancas (prostitución). Posteriormente se anuló y, en la actualidad, se ubica como trata de seres humanos. Las mujeres obligadas a ejercer la prostitución son afectadas en su psicologí­a por la violencia contra su cuerpo y la presión para que sean adictas al alcohol y drogas, así­ como recibir enfermedades de transmisión sexual. A esta situación debe agregarse el traslado obligatorio de mujeres para someterlas al trabajo doméstico, matrimonios según intereses de los familiares y pornografí­a. La trata de seres humanos es un delito de lesa humanidad.

Los regimenes centroamericanos otorgan poca atención en sus planes de seguridad al problema de la trata de seres humanos. Diversos sectores de la sociedad civil se enteran de esa problemática cuando los medios de comunicación destacan alguna situación especí­fica como volúmenes de prostitución, violación de menores, esclavitud laboral, pornografí­a u otros y plantean a sus gobiernos la necesidad de tomar acciones preventivas.

La trata de seres humanos también se refiere al trabajo forzoso. Una actividad ilegal y oculta. El aumento del trabajo no regulado en la industria, agricultura y áreas urbanas contribuyen a que las fuerzas económicas y sociales integren a muchos inmigrantes en condiciones de explotación, en especial a los seres humanos más vulnerables de las sociedades como son las mujeres, así­ como niñas y niños (explotación en la mendicidad, prostitución, pornografí­a, y falsas adopciones). De igual manera, menores de edad reclutados para las guerras. En 1996 la Relatora General de Naciones Unidas señaló: «Los actos de violencia fí­sica, psicológica y sexual se cometen tanto contra los niños como contra las niñas, pero en esta esfera se hacen diferencias entre ambos sexos. Por ejemplo: se estima que el 90% de las ví­ctimas de abuso sexual infantil son niñas y más del 90% de los autores son hombres».

La trata de seres humanos reporta millonarias utilidades y es una actividad criminal vinculada a la falsificación de documentos y lavado de dinero. Es un negocio lucrativo y en breve tiempo superará al comercio internacional de drogas y armas. Sus utilidades, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), oscilan anualmente entre 7 mil y 10 mil millones de dólares. Esta afirmación tiene especial vigencia pues diversos paí­ses no han asumido enfrentar esta realidad y sus legislaciones carecen de penalizaciones adecuadas.

La comunidad internacional empieza a salir de su letargo para enfrentar lo relativo a la trata de seres humanos. La ONU aprobó el 15 de noviembre de 2002 el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños. Este documento complementa la Convención de las Naciones Unidas Contra la Delincuencia Organizada Transnacional, aprobada en Palermo, Italia, en 2000. Es importante destacar que ese Protocolo incluye en la trata de personas el traslado o recepción de personas mediante la amenaza o uso de la fuerza, así­ como otras formas de coacción como el rapto, fraude y abuso de poder. Un especial factor utilizado por los traficantes de seres humanos es el engaño, la coerción y el secuestro de jóvenes en el área rural. En este contexto, es importante destacar la decisión en 2003 de la Organización de Estados Americanos (OEA), al instar a los paí­ses miembros a adoptar medidas para combatir la trata de personas.

En la trata de seres humanos siempre está presente una acción de violencia. De esa manera, muchas jóvenes son trasladadas a centros de prostitución. Inicialmente, los traficantes les ofrecen opciones de trabajo como cantantes, bailarinas o modelos. Se persigue explotar a las personas con fines de lucro.

El traslado ilí­cito de hombres y mujeres viola la Declaración Universal de Derechos Humanos y las leyes migratorias de los paí­ses. La trata de seres humanos es un problema de magnitud global. Se debe prevenir, sancionar y las autoridades deben cooperar a nivel internacional para combatirlo otorgando atención a quienes han sido ví­ctimas de este fenómeno con ayuda psicológica, médica y legal.

La trata de seres humanos es una actividad que se realiza en forma individual pero, esencialmente, por grupos organizados de criminales. Las autoridades de cualquier paí­s centroamericano deben ejercer acciones para detener (de acuerdo a las leyes de cada nación) a quienes anulando cualquier valor humano, trafican con personas. Su objetivo es el lucro. La inmediata implicación es afectar a las sociedades.