La trascendental renuncia del Papa Benedicto XVI


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Ante un desconcertado mundo, especialmente el integrado por todos los católicos, el Cardenal Joseph Ratzinger, quien durante sus más de 60 años de vida sacerdotal ocupara los más elevados puestos dentro de la Iglesia Católica, los cuales culminaran al ser elegido el 19 de abril del año 2005 por el cónclave de cardenales y tomar el nombre de Benedicto XVI, séptimo Papa en la historia de origen alemán, anunció que a partir del jueves 28 de febrero del año 2013 renunciaba a continuar como máxima autoridad de la Iglesia Católica, convirtiéndose así en el cuarto Pontífice que en la historia de la Iglesia renuncia en vida a dicho cargo.

Juan Francisco Reyes
jfrlguate@yahoo.com


La renuncia de un Papa no se había dado desde 1415 cuando Gregorio XII, uno de los protagonistas del cisma de Occidente, renunció a su cargo y murió dos años después sin conocer a su sucesor.

El Santo Padre ha argumentado que a los 85 años de edad no se siente con las fuerzas físicas para continuar con la responsabilidad de dirigir a la Iglesia Católica, cuya presencia se da en todo el mundo. La especulación de las razones por las que renuncia son varias, hay quienes consideran que renuncia como una manera de obligar a que se reestructuren las normas de gobierno y de comportamiento de las autoridades, sacerdotes y laicos que integran la Iglesia. Otros especulan que lo hace para evitar ser responsable de las crisis y problemas de tipo financiero que se pueden dar en el presente y en el futuro, otros especulan que su renuncia obedece a la forma de requerir y obligar a que la corriente liberal y conservadora dentro de la Iglesia encuentre un cauce que supere sus diferencias y engrandezca la fe.

¿Con certeza cuáles son las razones? Solo Dios y el Papa Benedicto XVI las conocen, el resto son especulaciones y con la fe que profesamos en mayor o en menor grado todos los católicos debemos de aceptar la decisión del Papa y pedirle a Dios que inspire a quienes se reúnen en el cónclave donde se elegirá al Papa que suceda al actual. Posiblemente será un hombre más joven y dependiendo de la voluntad de la mayoría y del voto de los cardenales de menos de 75 años, el Papa que le sucede puede ser un latinoamericano y así estimular a la población de este continente que representa el mayor número de católicos-apostólicos en el mundo. También podría ser un Papa de tez morena, proveniente del África o un europeo nacido en Italia.

Como fieles de la iglesia, a los católicos nos corresponde agradecer a Dios por la materialización de su voluntad en la elección de la nueva roca sobre la cual la Iglesia se mantendrá y desarrollará en  los próximos años. Es su voluntad la que ha inspirado al Papa Benedicto XVI en su renuncia y es su voluntad la que inspirará a los cardenales electores para escoger a quien debe de ceñirse la tiara y asumir las responsabilidades de guiar a su rebaño mundial.
Agradecemos a Dios por el pontificado de Benedicto XVI y deseamos que tenga en el resto de su vida, paz, amor y tranquilidad. En cuanto al nuevo Papa, pidamos que el Espíritu Santo le guie y le ilumine para dirigir la Iglesia Católica, Apostólica y Romana a nivel mundial, para acercarnos a todos los seres humanos entre sí y que con ese acercamiento se reduzcan los puntos de diferencia o de conflicto en la humanidad, logrando con ello que la paz llegue a todas las naciones y a todos los hombres en beneficio general. Es Dios el que da, es Dios el que quita, bendito sea el nombre del Señor.
¡Guatemala es primero!