La traición a Gerth Rosenthal


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El jueves 23 de junio la mayorí­a de medios escritos publicaron la información proveniente de un cable de WikiLeaks en el cual se informa que el embajador norteamericano, John Hamilton, informaba que í“scar Berger y Jorge Briz, presidente y ministro de Relaciones Exteriores, engañarí­an, traicionarí­an al embajador Gerth Rosenthal en su aspiración a ser Secretario General de la Organización de Estados Americanos y que le otorgarí­an su apoyo al candidato de los Estados Unidos, Francisco Flores, expresidente de El Salvador, para que asumiera el cargo en sustitución de Miguel íngel Rodrí­guez, expresidente de Costa Rica, que habí­a renunciado a esa Secretarí­a.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

 


Qué vergí¼enza, qué falta de integridad. Si no deseaban apoyar al embajador Rosenthal por qué no decí­rselo, por qué subordinarse a los deseos del gobierno de Estados Unidos.

Gerth Rosenthal, quien fuera durante varios años Secretario de la Comisión Económica para América Latina, CEPAL; Secretario de Planificación Económica en uno de los gobiernos guatemaltecos y también fue embajador extraordinario y plenipotenciario de Guatemala ante las Naciones Unidas en el gobierno de ílvaro Arzú; de Alfonso Portillo y continuaba siéndolo en el gobierno de í“scar Berger, sin duda alguna es un funcionario, un diplomático de seis estrellas, querido y respetado en las Naciones Unidas y por supuesto totalmente calificado para ser Secretario de la OEA. Es mil veces más calificado que Francisco Flores, que si bien fue presidente de El Salvador, no lo fue por méritos propios sino por estar casado con una persona cuyo padre, en El Salvador y en el Partido Arena, tení­a mucho poder.

Qué censurable y criticable la actitud de í“scar Berger y de Jorge Briz, quienes ni juntos le llegan a la cintura en capacidad y prestigio al embajador Rosenthal. Qué contrasentido que después í“scar Berger le haya pedido ser el Ministro de Relaciones Exteriores, en sustitución de Jorge Briz. Sabrí­a Gerth de esta traición, probablemente no y si lo supo que nobleza la de continuar sirviendo a un gobierno y a un Presidente que tuvo semejante actitud de deslealtad hacia este excelente diplomático guatemalteco.

Poco a poco se comprueban y se conocen las actitudes traicioneras de Berger y de Briz, quienes ni siquiera respetaron las normas mí­nimas del Derecho Laboral y despidieron a funcionarios en la Cancillerí­a y en el gobierno, sin el pago de prestaciones legales.

También qué falta de ética del embajador norteamericano, John Hamilton, que no tuvo la decencia de sugerir que no se burlaran, a sus espaldas, de Rosenthal y eso es que este embajador se suponí­a un diplomático de carrera, talvez por eso es que es el único representante diplomático al que CACIF “condecoró” y que la familia Gutiérrez despidió en una multimillonaria recepción donde estuvieron presentes muchos miembros de la cúpula económica de Guatemala y otros cuantos republicanos que vinieron a hacer coro en la casa de Dionisio Gutiérrez.

El tiempo, la historia van depurando los hechos y así­ es como se sabrán las intrigas, las deslealtades, las falsedades y crí­menes que Berger también hizo acompañado por personas que integraban su Gabinete, ejemplo Marco Tulio Sosa Ramí­rez, que con sus consocios en el Banco Empresarial se birló Q532 millones de los cuales no se quiere hablar; talvez WekiLeaks, el retirado John Hamilton o los exmiembros de la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Público que encabezaba Juan Luis Florido, en esa época, nos hablan al respecto y así­ se recupera ese dinero que se birlaron en el Banco Empresarial. ¿Se oye o no se oye?