La toga, símbolo de respeto


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“Saben los abogados por la cotidiana experiencia de las miserias humanas que todos los afligidos esperan en la justicia y que todos ven en la toga el símbolo viviente de esta esperanza”
Giuseppe Chiovenda

Rolando Alfaro Arellano


Los antecedentes del uso de la toga datan del Derecho Romano  y cuya indumentaria por lo común usaban todos los ciudadanos clasificándola según el estado social de éstos.

Pero, en época de Augusto, todos los abogados estaban obligados a usar la toga, según nos relata Faustino Gutiérrez Alviz en su Diccionario de Derecho Romano (Rolando Alfaro A. La Toga como distinción. Revista del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala, Julio – Diciembre, 2008).

El referido uso de la toga especialmente fue obligatorio en ese tiempo, en los Tribunales de Justicia, y, posteriormente, en la mayoría de países con sistema latino y anglosajón;  la expresión togati, que Cicerón y Virgilio aplicaban a todo el pueblo romano, llegó a ser la manera de designar a los abogados.

En ese sentido, conviene puntualizar que en el entorno humano guatemalteco, los juicios públicos que más se comentan son los de naturaleza penal, quizás por la clase de hechos delictivos que se han venido ventilando. Por ello, la necesidad de distinguir a los abogados, así como se reconoce la labor de los médicos y cirujanos.

Lo primero que impresiona a quien se asoma a una sala en la que se debate un proceso penal, afirma Francisco Carnelluti, es  que ciertos hombres que allí actúan, visten un uniforme, una “divisa”.  Esta ha sido la primera impresión de la justicia.

Muchos de mis lectores se preguntarán: ¿por qué los magistrados y los abogados llevan la toga? La respuesta nos la da el jurista Calamandrei en su interesante texto: Chiovenda, recuerdos de juristas, pues es de la opinión –y con ello da respuesta a la anterior interrogante– en el sentido que la toga es una “divisa”, como la de los militares, con la diferencia que los abogados y magistrados la llevan sólo cuando están de servicio y hasta en ciertos actos particularmente solemnes; en Francia y sobre todo, en Inglaterra, donde la tradición se observa más estrictamente, un abogado la debe llevar siempre dentro del Palacio de Justicia.

Los que desde hace algún tiempo hemos sugerido la “Oralidad plena en juicio” (Favor de leer: Oratoria Forense I y II de quien escribe, textos editados por Librería De León Palacios),  estamos más que seguros que el concepto que algunas personas poseen de la profesión, quizás por la falta de acceso a la información judicial, cambiará rotundamente, porque en los juicios que en un futuro –esperamos no muy lejano– sean no sólo de carácter penal sino laboral, de familia, civiles y otros,  y que repito se practiquen  totalmente de viva voz y con la solemnidad del distintivo de la “Toga”,  las personas comprendan con el respeto de los casos,  el significado de la función profesional del Abogado.

El autor citado, también, señala que la “Toga”, significa unión ya que su símbolo además de la autoridad, los liga a un Cuerpo Colegiado.

La toga, dice Ángel Osorio, no es por sí sola ninguna calidad, y, cuando no hay calidades verdaderas debajo de ella,  se reduce a un disfraz irrisorio. Pero en honor al concepto fundamental de las cosas, conviene reconocer que la toga según el jurista descrito, tiene para el que la lleva, dos significados, freno e ilusión, y para el que la contempla, otras dos:   diferenciación y respeto.

Increíblemente, para los efectos de este artículo, aquellos tribunales que acostumbrados al uso de la “Toga”, la respetabilidad y el mecanismo que con su uso se crea para obtener respeto, hace de aquéllos órganos jurisdiccionales, verdaderos representantes de la administración  de Justicia.

En consecuencia, recomendamos a las autoridades académicas que durante la formación  de los futuros profesionales del Derecho y de los futuros jueces –que se preparan para ello– debe estimularse a estos sobre la necesidad del uso de la toga. 

Ya verán mis distinguidos lectores que, respetando el juicio oral y el uso de la toga por quién corresponda, muchas cosas cambiaran en el sistema procesal guatemalteco.  “Quién con una luz se pierde”.