“Ahora, nadie duda que la actividad humana influye directamente sobre la dinámica planetaria; verbigracia, ríos, lagos y mares contaminados; calentamiento global; deforestación; erosión… entre otros tantos resultados negativos de un modelo de desarrollo no sostenible ni sustentable, lo cual está poniendo en peligro la calidad de vida, no sólo de la población de hoy, sino de la que aún no ha nacido.
“Y es que la sobreexplotación de la naturaleza y la excesiva contaminación ambiental por desechos de toda índole están afectando el equilibrio ecológico, extinguiendo a especies animales y vegetales, cuyas consecuencias no se quedan ahí, sino que agravan la sobrevivencia de toda la biodiversidad, incluyendo la humana…â€
Estos dos párrafos pueden aplicarse en lo que atañe a las consecuencias nefastas que significaría para la reserva natural Punta de Manabique y su entorno, la instalación de una planta de gas licuado como pretende la empresa mexicana Tomza pese a que el Consejo Nacional de íreas Protegidas ya desaprobó en dos oportunidades sendos estudios de impacto ambiental (aunque el segundo es copia del primero) que presentó esa compañía.
Casualmente, el ambientalista Jorge Luis Galindo fue destituido del cargo de secretario Ejecutivo del Conap, cuando asumió la titularidad del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales el exviceministro Luis Zurita, hace un par de semanas, y designó para ese cargo a un abogado cuyas aptitudes son apropiadas para optar a un cargo en el Ministerio de Trabajo, por ejemplo, porque es experto laboralista; pero de recursos naturales renovables y no renovables se ignoran sus supuestos méritos.
Cuando el doctor Zurita era viceministro del MARN fue preciso al declarar que no se autorizaría la instalación de la citada planta de gas licuado, cabalmente porque el Conap no había autorizado los EIA, en consonancia con su libro titulado “Ambivalencia de la vida humana†(del cual cité dos párrafos) uno de cuyos ejemplares me obsequió y envió a la casa que habito, juntamente con los expedientes de rechazo de estudios de impacto ambiental en tres áreas del litoral Pacífico, en donde otras transnacionales intentan explotar minerales metálicos, con los efectos que tal actividad implicaría para los ecosistemas, el medio ambiente en general, los habitantes de la Costa Sur y de todo el país.
Probablemente, bajo el influjo de su pensamiento filosófico y antropológico expuesto en su obra, el doctor Zurita intervino en su calidad de viceministro del MARN para que esa cartera ministerial no aprobara los estudios presentados por los interesados en la exploración y extracción de hierro en las playas del Pacífico y también para que, previo a ascender a Ministro expresara su opinión en contra de la solicitud de Tomza en Punta de Manabique.
Algo ha de haber sucedido, empero, sin que necesariamente se trate de influencias monetarias ni compromisos personales de ninguna índole, para que, tan pronto como asumió la titularidad del MARN, Zurita haya cambiado de opinión y de esa cuenta sustenta ya el criterio burocrático de que su despacho no debe tomar en consideración las opiniones técnicas del Conap, porque ahora cree que se debe autorizar la planta industrial en Punta de Manabique, aunque tal proyecto implique deforestación, destrucción de ecosistemas, sobreexplotación de la naturaleza y excesiva contaminación ambiental por desechos que afectan el equilibrio ecológico, como lo expone en su libro, editado antes de asumir posiciones en el gobierno “socialdemócrata†del presidente Colom, viajero gratuito en los aviones de Tomza.
(El antropólogo Romualdo Tishudo cita este pensamiento a cierto funcionario público: -El hombre no posee el poder de crear vida; por lo consiguiente, tampoco posee el derecho de destruirla).