Cuando la liga y los jugadores de fútbol americano llegaron a un acuerdo para poner fin al cierre patronal, eso no sólo salvó la temporada que arrancó el jueves.
Salvó al deporte más rentable en Estados Unidos, a la transmisión televisiva más popular y miles de millones de dólares que habrían desaparecido de la economía.
Durante la temporada regular, la NFL espera captar unos 9.500 millones de dólares. Sus ejecutivos calculan que tan sólo el ingreso por patrocinios, que está incluido en esa cifra, aumentará un 15% en comparación con el año pasado.
Pero el impacto del acuerdo laboral por 10 años que la liga alcanzó en julio para poner fin a un cierre patronal de cuatro meses va bastante más allá de los grandes patrocinadores corporativos de la NFL, los magnates dueños de los equipos y los jugadores millonarios.
La liga respalda unos 110.000 empleos en ciudades con equipos de la NFL, no sólo los quarterbacks y running backs, sino también trabajadores hoteleros y propietarios de bares deportivos. En total, los partidos agregan unos 5.000 millones de dólares a la economía en general en ciudades que cuentan con equipos, de acuerdo con un análisis preparado por Edgeworth Economics para la Asociación de Jugadores.
Ahora, estas ciudades, los anunciantes, restaurantes y bares se preparan para la bonanza económica que la temporada del fútbol estadounidense trae consigo.
«Es el juego que nos importa más», dijo Rick Burton, profesor de mercadotecnia de deportes en la Universidad de Syracuse. «Probablemente la mayor cantidad de estadounidenses dirían que tienen algún nivel de afinidad o pasión por el fútbol de la NFL».
A continuación, un vistazo a algunos de los efectos económicos de este deporte.
El centro de Cleveland bulle de actividad los fines de semana en que los Browns juegan como locales. Los aficionados al equipo local —y al visitante, en especial cuando se trata de los Steelers de Pittsburgh— comienzan a llenar los hoteles el sábado por la noche. Y la fiesta se extiende al histórico Warehouse District y a los bares cercanos al estadio.
«Los días de partido son de locura», dice Alice Burns, subgerente y cantinera en el Bob Golic’s Sports Bar & Grille, propiedad de un ex astro de los Browns. «La temporada pasada abrimos a las 7 de la mañana y para las 9 ó 10 ya estábamos abarrotados de gente».
Las ventas durante los días de partido «nos dan impulso para todo el año», señala. «Durante el verano la venta suele estar bastante lenta».
Por otro lado, en el estadio Metlife en East Rutherford, Nueva Jersey —hogar de los Jets y los Giants que solía llamarse estadio New Meadowlands— 80 empleados del complejo están de tiempo completo y tienen garantizado su salario. El resto son trabajadores que laboran por evento y temían que, si la temporada se cancelaba, quedarían sin trabajo.
Si se suma a los empleados que se encargan del estacionamiento, los guardias de seguridad, los acomodadores, los que reciben los boletos, los encargados de limpieza, los vendedores de mercancía y los que laboran en negocios concesionados, el estadio da empleo a unos 4.000 personas en cualquier domingo de la NFL, dijo Mark Lamping, director general del estadio. Sin partidos de fútbol estadounidense a fin o a principio de año, estas personas no trabajan, agregó.
Las concesiones en el estadio son administradas por una compañía llamada Delaware North, que lleva más de 45 años llenando a los aficionados de hot dogs y cerveza y ha salido airosa de las huelgas de jugadores.
En cuanto a la televisión, los comerciales televisivos difundidos durante el Super Bowl suelen quedar en la memoria colectiva del país. ¿Por qué? Justo porque salieron en ese partido, el suceso televisivo más cotizado por los anunciantes que desean llamar la atención con sus productos.
El año pasado, la final del fútbol estadounidense fue difundida por la televisora Fox y estableció un récord al atraer a 111 millones de televidentes, más que cualquier otra transmisión televisiva de un solo evento, de acuerdo con la lista de Nielsen de los 10 programas más vistos del año. El segundo y tercer evento más visto fueron… los espectáculos previos y posteriores al partido.
Los encuentros por los playoffs divisionales de la NFL redondearon los cinco programas más vistos. De hecho, fuera de la entrega de los premios Oscar y un episodio de la serie «Undercover Boss», los 10 programas con el mayor rating eran de fútbol estadounidense.