«…el televisor es un instrumento monovalente que recibe imágenes con un espectador pasivo que lo mira, mientras que el mundo multimedia es un mundo interactivo, y por lo tanto, de usuarios activos y polivalentes, de múltiple utilización, cuya máquina es un ordenador (computadora) que recibe y transmite mensajes digitalizados…»
http://ramiromacdonald.blogspot.es/
Giovanni Sartori (2006) Homo Videns: la sociedad teledirigida, capítulo Internet y cibernavegación pp. 59-67 Sartori es uno de los politólogos vivos más importantes del mundo contemporáneo, con una vasta producción de libros que van desde 1957 hasta el año antepasado, abordando temas de su especialidad… pero cuando en 2006 salió la versión en español, del cual tomo esa cita, impactó al mundo intelectual latinoamericano. Su visión abarca dos disciplinas: la política y la comunicación, logrando un balance de avanzada especulación científica. Sartori es de la opinión que, como la radio no pudo ser anulada por la televisión, no hay razón para creer que la televisión será invalidada por Internet. En todo caso, será de protagonismo, afirma el profesor, quien considera que la red de redes permite la profundización prácticamente ilimitada en cualquier curiosidad, casi como una biblioteca universal. Tres son las posibilidades de empleo: 1) Práctica, 2) Entretenimiento y 3) Educativa y cultural. En tanto, para todos seguramente Internet se convertirá, opina Sartori, en una máquina para administrar nuestros asuntos y servicios. El problema está con los otros usos. Por eso, la televisión no será vencida por internet, ya que la cajita boba, es un aparato diseñado para llevar productos a audiencias masivas, junto a las pautas publicitarias. En tanto internet, nos da productos a medida de diferentes intereses. En tanto el otro fenómeno es que la TV está fragmentando sus audiencias masivas a audiencias especializadas… como los canales de música, de cocina, deportivos o noticiosos. Esto se llama «narrowcasting» en lugar del broadcasting, como sucedió con la radio frente a la competencia de la TV, a mitad del siglo XX. Buscar «nichos» de mercado entre los receptores. En estos momentos, la TV está captando audiencias de entretenimiento un poco «perezosas», o sea observadores pasivos; en tanto internet triunfará entre aquellos que quieren dialogar y buscar por sí mismos la acción; esto representa a personas activas. A eso se debe el gran auge de los «reality shows» que comenté en la pasada entrega de esta columna semiótica. Lo terrible del caso, es que internet no está siendo un instrumento de crecimiento cultural de la humanidad, por dos factores. Por un lado, porque el niño entra en contacto directo con la TV, y a veces en demasía, desde los 4 o 5 años, y tiene poca capacidad de abstracción porque este medio le ha condicionado, proporcionándole todo ya digerido. Y cuando «llega a Internet su interés cognoscitivo no está sensibilizado», para ese fin, opina Sartori. Por lo tanto, segundo factor, ese enorme saber acumulado en internet, no va a ser bien utilizado por estas generaciones digitales. Los verdaderos estudiosos, considera el autor italiano, continuarán leyendo libros. Umberto Eco ha dicho que no podremos prescindir de los libros, aunque los jóvenes utilicen Internet para completar datos e información. Como instrumento cultural, cree Sartori, su utilización será modesta y sólo los más aptos sabrán encontrar lo que buscan, en ese mar de información, aunque resulte tan apasionante navegar, en especial cuando los chicos buscan diversión.