La Galería Tate de Liverpool (norte de Inglaterra) acoge la mayor exhibición en Gran Bretaña de Gustav Klimt (1862-1918), que será quizá también la última, debido a los precios cada vez más altos del artista austriaco, que aumentan las reticencias de los museos a prestar sus pinturas.
Klimt (1862-1918), uno de los grandes exponentes del Art Nouveau, es cada vez más cotizado, sobre todo después de que su retrato «Adele Bloch-Bauer I» se convirtió en la pintura más cara de la historia al ser vendida por 135 millones de dólares al empresario de la industria cosmética, Ronald Lauder.
Designada Capital Europea de la Cultura este año, Liverpool, que celebró en el 2007 los 800 años de su fundación, logró una proeza con esta muestra sobre uno de los más sensuales exponentes de la pintura moderna, reuniendo pinturas, dibujos, diseños, muebles y joyas, venidos de museos y coleccionistas privados.
«Hemos tenido mucha suerte en poder presentar la primera exposición completa de la obra de Klimt jamás organizada en el Reino Unido», afirmó Christoph Grunenberg, director del museo, que dijo que espera a cien mil visitantes entre hoy y el 31 de agosto.
«Será nuestra exhibición más importante en la historia de la Tate de Liverpool», declaró Grunenberg, que es también uno de los curadores de la muestra.
Klimt es cada vez más popular, debido a sus «colores cálidos, la riqueza de su pintura dorada y la fascinación que provoca entre los jóvenes artistas», sostuvo.
Titulada «Gustav Klimt: Pinturas, Diseño y vida moderna en Viena 1900», la exhibición explora la obra de Klimt – que lideró en 1897 el movimiento de la Secesión de Viena, un grupo de artistas y creadores unidos por el deseo de innovar y renovar el arte, que dio nacimiento al modernismo vienés.