La sonrisa debe ser verdadera


César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Actualmente todo se puede falsificar. La sonrisa también.

Se falsifica la sonrisa cuando nos burlamos del prójimo que cae en ridí­culo.

Es falsa la sonrisa cuando se emplea para desvirtuar las buenas intensiones de los demás.

Lo es también la sonrisa despectiva con que se hiere a las personas cuando nos resultan antipáticas.

La sonrisa humillante cuando pretendemos despreciar a los demás.

La sonrisa hipócrita cuando se trata de disimular un preceder indebido o una doble intención.

La sonrisa seductora capaz de cegar, de desquiciar al más equilibrado arrastrándolo al fango y a la deshonra.

La sonrisa superficial cuando se finge un afecto tratando de obtener algo a cambio.

En todos estos casos, amigo mí­o, es mejor no sonreí­r.

La sonrisa si es fingida, hace más

daño que la indiferencia.