La sociología de Edelberto


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Los que andamos en búsquedas en un país como éste de contradicciones y de desesperanzas, encontramos que la carretera de las ciencias sociales pueden conducir a una mejor comprensión de las causas, de aquellas complejidades. Entender la cosa social ha implicado una tremenda inquietud por conocer las respuestas a una pregunta sencilla, pero difícil a la vez: ¿por qué Guatemala es así? Los que andamos cuestionando la realidad hayamos pues, en la sociología, las herramientas teóricas y metodológicas para seguir preguntando.

Julio Donis


Edelberto Torres Rivas, sociólogo guatemalteco del cual sus aportes han trascendido las fronteras y hoy se ha convertido en referente de Latinoamérica, también se ha hecho preguntas y nos ha ofrecido algunas respuestas. La sociología de Edelberto ha tenido como objeto de análisis, en primer lugar, la formación de los Estados. Para este caso es obligada la referencia “El Estado en Guatemala: ¿orden con progreso?”, notable síntesis que aborda la conformación de la estatidad desde el lente sociológico e histórico, proponiendo una nueva periodicidad para el análisis del Estado guatemalteco. La sociología Torresiana también ha abordado el sistema político y electoral. En este caso Edelberto junto a Horacio Boneo se hicieron una pregunta: ¿por qué no votan los guatemaltecos?, misma que le dio nombre a la publicación en la que investigaron ya para principios del siglo actual, cómo era el comportamiento de los ciudadanos en medio del nuevo contexto democrático abierto, luego de un conflicto que habría roto la institucionalidad. En medio de una entrevista para prensa, Edelberto respondía hace algunos años, que este es un país obstinado, cuya historia siempre se va por el atajo, nunca por el camino ancho, amplio y visible y eso significa una historia dolorosa de tropiezos con ascensos y descensos. El aporte también ha sido desde la historia y en este caso su participación en el tomo VI de la obra monumental Historia General de Centroamérica, Edelberto sistematiza la historia inmediata de la década. Por supuesto, las estructuras socioeconómicas han sido objeto intermitente de Edelberto en sus recientes trabajos para el Informe de Desarrollo Humano. De ese objeto, Edeleberto hizo una analogía incisiva en una columna de opinión, retratándonos en un edificio de cinco pisos que evoca la desigualdad y las inequidades de la sociedad guatemalteca. De obligada atención es “Revoluciones sin cambios Revolucionarios”, en la que se analiza uno a uno el truncamiento o el éxito de los movimientos revolucionarios a lo largo de Centroamérica. La lista con seguridad es más larga, tanto de objetos de estudio como la cantidad de obras suyas. Lo importante es la noción de ese legado para la sociología guatemalteca, para que nos ayude a descubrir más preguntas pertinentes e impertinentes que nos lleven a la búsqueda de entendimientos sobre nuestra propia realidad. La de Edelberto es una sociología crítica, provocadora y a veces perturbadora por la contradicción que devela. Diría sin temor a equivocarme que una de las columnas del trabajo sociológico Torresiano, apunta a evidenciar que la democratización de Latinoamérica y en este caso de Guatemala, no alcanza con el reordenamiento del andamiaje político institucional, que deja por fuera los cambios en la dimensión profundamente social. Soy más escéptico que Edelberto, y pienso que a estas alturas de la decadencia no creo que sea posible democratizar el capitalismo, es este sistema el que capitaliza la democracia haciendo de ella el instrumento perverso.