La sociedad del infoentretenimiento


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Las nuevas lógicas de producción mediática devienen en nuevas narrativas y nuevos formatos de producción informativa, los cuales no responden ya sólo a estrategias creativas del mercado sino a un nuevo sentido de producción discursiva. Se observa, por ejemplo, que cada vez más los informativos de TV han asumido, tanto en la estructura como en los contenidos, el modelo cinematográfico, o el estilo magazine para atraer la atención del público, señala con claridad Giselle Bustos Mora, de la Universidad de Costa Rica.

Ramiro Mac Donald


Gil Calvo aporta un ejemplo al citar la apropiación de máximas del modelo cinematográfico en el lenguaje televisivo que permite la gestión de climas de opinión fundados en el miedo y la ansiedad. Primera regla, el homo videns “hacer de la visión el principio de realidad”. Segunda regla, “la verdadera relevancia de los mensajes mediáticos no se refiere a su contenido argumental sino a las sugerencias que incluyen sobre su oculto trasfondo dramático, que suele derivarse de las conflictivas relaciones políticas que enfrentan los actores públicos o privados que protagonizan las tramas narradas”. Tercero, para develar los conflictos, se recurre al suspense, eje clave de la estructura narrativa.
 
  La fusión de géneros, por otra parte, tiende a ser una práctica recurrente en la producción mediática. Imbert señala a propósito del medio televisivo.  La televisión actual ha dado un paso más: estamos ante un discurso que se recrea no sólo en un juego de representación de la realidad, sino también que se salta las fronteras entre géneros, diluye la noción misma de la realidad y de identidades estables, juega con la porosidad que hay entre categorías simbólicas; con esto juega con el estatus de veridicción –base de la credibilidad de los mensajes y fundamento de una relación mimética con la realidad representada-, acercándonos así a la ficción, sin que estemos tampoco en los géneros de ficción, agrega la ensayista tica. 
 
  Uno de los conceptos que ilumina la lectura de esta práctica en el caso de las industrias mediáticas lo aporta el término infotainment o infoentretenimiento; una suerte de híbrido de géneros informativos que se impone progresivamente en los formatos de los medios masivos de comunicación, como han notado algunos observadores de medios: “la línea entre noticias y entretenimiento continúa siendo más borrosa” (Wicks). Estos esfuerzos de los productores de mensajes, por estimular el procesamiento de información por parte de la audiencia son relevantes tanto para las series como para los programas noticiosos, que cada vez más emulan el entretenimiento.
 
  El formato de infoentretenimiento en su expresión más completa “sociedad del infoentretenimiento” es útil para estudiar el discurso de inseguridad ciudadana porque visibiliza una serie de recursos propios de las lógicas de marketing que recurren a técnicas sensacionalistas de producción informativa para apelar a emocionalidades más que argumentos discursivos que permitan comprender el fenómeno social. Para describir estas nuevas lógicas de producción informativa, Martini acuña el término “sociedad del entretenimiento” como una característica de la sociocultura contemporánea.  La sociedad del infoentretenimiento es un contexto de nuevos horizontes de expectativa en los individuos, que, además, demuestran una escasa credibilidad en las instituciones y los partidos políticos, y se enfrentan con graves problemas en la vida cotidiana (desempleo, inseguridad, violencia). A estos públicos se dirigen los medios más desde la conmoción que desde la argumentación: predominan las retóricas sensacionalistas en la cobertura de casos políticos, y la casuística suele organizar las series de problemas graves en clave narrativizada. (Ford, citado por Martini) Guiselle Bustos Mora, finalmente, os recuerda que detrás del concepto de infotainment subyace una conocida discusión sobre la dicotomía realidad-ficción. La relación entre ambos conceptos es ya de por sí compleja; dado que en el discurso periodístico, publicitario o lúdico están presentes con más o menos intensidad las funciones comunicativas de hacer saber, hacer creer y hacer sentir (Rodrigo).