La socialdemocracia y la cultura


Ahora que el nuevo presidente del paí­s, ingeniero ílvaro Colom, ha confirmado que su gobierno tendrá como estandarte la bandera «socialdemócrata», y que nuevos vientos soplarán en los cambios estructurales especialmente aquellos que requieren de un sistema social para la gente más necesitada, creemos oportuno hacerle ver al nuevo mandatario la preeminencia especial que se le debe dar, a los aspectos culturales. Dentro del plan de gobierno que pondrá en práctica el ingeniero Colom, desconocemos si existen polí­ticas culturales acordes a las necesidades de un pueblo que también padece de inanición cultural.

José Luis López Garcí­a, A-1 301386

Lógicamente estamos hablando de una «renovación cultural» en el Ministerio de Cultura y Deportes, pues ya no es posible que esta institución siga siendo «La Cenicienta» de los otros ministerios, en donde como siempre se han acomodado por compromisos polí­ticos, a determinadas personas quizá bien intencionadas, pero que nada saben de los aspectos puramente culturales. La dimensión de la cultura es inmensa y compleja y no se relaciona únicamente a los aspectos étnicos y deportivos.

Un profesional perteneciente a cualquier grupo étnico, podrá conocer a fondo la cosmovisión, las costumbres y las tradiciones referente a su grupo, tal el caso de los mayas, garí­funas y xincas, pero en el aspecto meramente cultural, es decir, el universo cultural del paí­s, quizá no tenga ni noción. Y a pesar de lo que se argumente, seguimos «empantanados» en el desarrollo cultural con simples chapucerí­as. El escritor, el poeta, el músico, el pintor, el periodista cultural y otros artistas no encuentran el camino para derribar ese muro impenetrable que les permitan tener los canales de expresión para manifestar sus quehaceres artí­sticos y culturales, ante una maraña burocrática que justifica su labor cultural con informes y exposiciones «técnicas», mientras el desarrollo cultural continúa estancado en el paí­s. El vulgo no lee libros, no sabe del buen teatro, desconoce la buena música clásica y contemporánea de los grandes maestros, ni asiste a algún espectáculo de ballet, simplemente porque no existen programas adecuados para culturizar al pueblo. Ojalá el nuevo gobierno socialdemócrata le dé un giro diferente al quehacer cultural de este paí­s, pues la cultura es también tan importante como la salud, la educación y la seguridad.