Se ha suscitado un desacuerdo entre la Cámara del Agro y el Gobierno por la aplicación de un decreto de 1974 que obliga al cultivo de granos básicos. Se dice que el gobierno no puede obligar a nadie a impulsar determinada rama de la producción. Es cierto que no todos los suelos son aptos para esos cultivos y se debe analizar cuáles utilizar, pero sí es importante que se impulse la producción nacional de alimentos. Como resultado de ese descuido es que nos vemos en el aprieto de tener que importar alimentos más caros, porque se consideró durante mucho tiempo que era más rentable la importación, cuando nuestro país siempre ha tenido un gran potencial productivo de los mismos. No creo que el gobierno busque dirigir la economía nacional, pero los empresarios pueden ayudar en lo necesario para que en un corto plazo dispongamos de las suficientes reservas alimentarias para mantener los precios y no depender tanto de los granos importados.