La seguridad social (II)


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En casi 70 años que nuestra seguridad social ha existido, si nos comparamos con Norteamérica, Europa, Suramérica, inclusive con Costa Rica, el progreso en programas, en beneficios y garantías que la generalidad de los afiliados han obtenido, son mucho menores, salvo los propios trabajadores del IGSS.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


Si el sistema no ha entrado en crisis debe comprenderse que obedece a que la tasa de natalidad y el aumento de jóvenes trabajadores afiliados al sistema en Guatemala es mucho mayor que los que se han ido acogiendo al Programa de Invalidez, Vejez y Sobrevivencia. También se agrega que los programas de salud son precarios, especialmente en la calidad de medicamentos, ello implica considerar que el momento de actualizar la ley constitutiva del Seguro Social es urgente.

Dentro de los numerosos aspectos que hay que evaluar y actualizar está la integración de su junta directiva, donde por ejemplo el sistema cooperativo tiene que incorporarse, asimismo, debe evaluarse si la Universidad de San Carlos procede que esté en la junta directiva, donde como patrono no contribuye económicamente, tampoco ha planteado una actualización o innovación al sistema. El Colegio Médico es juez y parte.

Para los afiliados urge crear el sistema de cuenta individual, remplazando al sistema de reparto, hecho que permite que cada contribuyente en lo individual sepa cuál es su aporte y la contribución que también hace el empleador, todo lo que viabiliza comprobar y establecer si las pensiones y prestaciones que cada uno de sus afiliados y sus dependientes están recibiendo son acordes a lo que se contribuye. La solidaridad a favor de los más débiles es y debe ser el aporte del Estado como tal y no el aprovechamiento de quienes más contribuyen y menos se benefician.

En los países suramericanos, donde más éxito ha tenido la actualización de la seguridad social, es donde se ha modernizado y actualizado la inversión de las reservas técnicas, no hay justificación para qué estas reservas deban estar limitadas y ser solo un medio de liquidez para los bancos privados, lo correcto es que las inversiones del seguro social sean calificadas como títulos de primer orden, que por ejemplo un contribuyente que tenga ya más de 10 años de aportar, en su cuenta individual, pueda dar como garantía para la adquisición de una casa propia el 50% de lo que tiene acumulado en lo personal dentro del sistema de seguridad social, velándose así porque los inmuebles tengan el respaldo del sistema de hipotecas aseguradas, FHA, y así evitar que puedan surgir programas inadecuados de fideicomisos.

Sería importante que el 40% de las acciones de Chixoy y otras hidroeléctricas, que continúan en poder y propiedad del Estado, fueran adquiridas por el IGSS y así multiplicar la inversión en nuevas hidroeléctricas. Qué es más positivo, que una empresa pública de Colombia sea dueña de la Empresa Eléctrica o que el IGSS fuera uno de sus principales accionistas. Alternativas de inversiones aseguradas y rentables hay muchas, por supuesto que el Estado debe de velar para que las mismas sean seguras y rentables, convirtiendo así las reservas técnicas del seguro social como la principal fuente de ahorro, inversión y rentabilidad en el país, como se ha logrado en Chilea través de las AFPS, entidades responsables de la seguridad social.

Otro aspecto que urge evaluar es el plan de pensiones propio de los trabajadores de la seguridad social, donde existen expresidentes y exgerentes gozando de las pensiones más altas del país, en detrimento de los afiliados en general.
¡Guatemala es primero!
Continuará.