Constituye un mandato constitucional que podrí­a cumplirse a mediano y largo plazo, si desde ahora se instala una verdadera Escuela de Formación de Agentes de la Policí­a de Seguridad Ciudadana, con un modelo policial que conozca los derechos humanos con vocación de servicio y la mí­stica requerida en el trabajo de un policí­a con ética, leal, honesto, cumplidor, prudente y persuasivo. Para ello debe crearse de inmediato un Ministerio de Seguridad con un presupuesto sustentable y con separación de deberes o atribuciones con otros funcionarios, salvo los que le dicte la Presidencia de la Republica. Mientras no se acepten estas ideas que ya otros las han ofrecido, de por vida continuará nuestro paí­s con estos problemas.