La joven secretaria, en abierta coquetería, se paseaba continuamente frente a su compañero de labores, Alberto Sánchez.
César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com
cesarguzman@yahoo.com
Con su rostro de muñeca, su silueta escultural y su caminado de ángel, ella era un caramelo que cualquier varón habría saboreado a toda costa.
Pero, Alberto tenía una esposa, no tan bella, ni preparada, mas sí digna de ser respetada; por eso se mantuvo firme aun a riesgo de su reputación.
En efecto, en la oficina comenzaron a circular rumores sobre la virilidad de Alberto.
Pero él pensaba: «Si soy hombre para mi esposa, no me importa no serlo para otra de afuera».
Y eso, lo hacía muy dichoso.
FIDELIDAD ES SINí“NIMO DE HOGAR FELIZ.