La Santa Madre Iglesia Católica y Apostólica


Rosana Montoya, A-1 397908

Duele ver la indiferencia con la que la Iglesia Católica ha tomado los  errores en que sistemáticamente ha incurrido.  Así­ como se aferró a que la tierra era sostenida por Atlas, que el Sol giraba alrededor de la Tierra, la sangrienta Inquisición, persecución a los judí­os, cacerí­a de brujas, y la tinta de los mares se extinguirí­a para enumerar en suma la intolerancia sacrí­lega hacia la raza humana.   Nuestra sociedad ha encumbra el papel del sacerdote, no tenemos claro todaví­a que significan esos hombres vestidos de negro, que ni son hombres, ni mujeres, sino semidioses a nuestro alcance; a quien contamos nuestros más í­ntimos sentimientos y a cambio de su discreción hacemos una donación.  Nunca quisimos abrir los ojos y entender lo que eran.  Para que Dios no nos castigara, callamos de generación en generación las bajas pasiones e instintos depravados de tan siniestras bestias sobre los frágiles cuerpos de la niñez.  Todos en alguna época de nuestra vida hemos sido partí­cipes de confidencias acerca de estos infaustos degenerados.  Las aberraciones cometidas sobrepasan la imaginación del ser humano.  Como las relaciones sexuales que estos impí­os sostiene con animales.  Por cierto un espécimen de estos está próximo a salir en libertad -por buen- comportamiento.Â