A casi dos siglos de la muerte biológica de Simón Bolívar, El Libertador, su resucitada presencia ideológica, revolucionaria y ética en su Patria, es aclamada no sólo por los venezolanos de mentalidad y decisión no colonizados, es decir patriotas antiimperialistas, sino por millones de hombres y mujeres de México, Centro América, Islas del Mar Caribe, a la cabeza, Cuba, y de la mayor parte de los pobladores de las Repúblicas de América del Sur Y ello acaeció a fines del siglo pasado, cuando el presidente de Venezuela, coronel Hugo Chávez Frías, y su equipo de gobierno y el apoyo del pueblo, siguiendo el ejemplo martiano de la Revolución Cubana que, por casi medio siglo ha mantenido incólume la soberanía y la dignidad de la Nación frente a la acometividad política, económica y militar del Imperio del Tío Sam y establecido para atender las necesidades materiales y culturales de los cubanos, el sistema socialista, libres ya de la explotación del hombre por el hombre, propia de la ya excluida burguesía, clase dominante del sistema capitalista verdugo de sus connacionales y lacaya del Imperio.
El revolucionario Hugo Chávez va por el mismo camino y ya emprendió la lucha por la sustitución del decadente capitalismo por el sistema nominado por el SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, que a grandes rasgos ostenta las siguientes características: a) es esencialmente democrático. Apunta a una democracia popular, participativa y protagónica; b) Los líderes del Partido deben ser elegidos por la base; c) En el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se debe poner especial cuidado en la calidad oral de los militantes del Partido; d) al Socialismo del Siglo XXI se debe incorporar repotenciándolo y actualizándolo, el socialismo indígena; e) El socialismo agrario es parte del Socialismo del Siglo XXI; f) El Socialismo de este siglo no es utópico sino científico; g) La transformación del modelo económico es fundamental si se quiere construir un verdadero socialismo; Buena parte de la esencia de los principios de esa Revolución que creó la República Bolivariana de Venezuela se plasma en el Preámbulo de la Constitución de 1999, que dice: «El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana: Con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable de la humanidad (…)
Lo anterior respecto a la misión de la Revolución Bolivariana al interior de Venezuela, dirigida a la atención de los servicios públicos brindados a la población, especialmente educacionales, de salud y de seguridad.
En el ámbito de las relaciones internacionales, el mejor fruto de la Revolución Bolivariana es el gran plan intercontinental, la Alternativa Bolivariana, (ALBA), en oposición al plan imperialista lanzado desde la aprobación por unos pocos gobiernos de la América del Sur con el de los Estados Unidos de América, conocido como Convenio de Washington, o írea de Libre Comercio de las Américas (ALCA), instrumento de dominación económica y comercial imperialista. En cambio la ALBA, es: 1) un proyecto histórico de raigambre bolivariana y de repulsa al monroísmo yanqui; 2) Creación heroica para no caer en las redes de la dominación de las grandes potencias, particularmente de Europa y los Estados Unidos de América; 3) ALBA se sostiene digna, solidaria y soberanamente en las potencialidades de América Latina y el Caribe; 4) Se apoya sobre valores anticapitalistas; 5) Es un proyecto popular; 6) Es un eslabón de proceso revolucionario mundial; 7) Es una forma de integración económica que no parte de lo mercantil; 8) Es también una herramienta política en manos de las naciones que bregan por su auténtico desarrollo; 9) Es el programa de la Revolución Latinoamericana y del Caribe; y 10) es un salto estratégico a una nueva etapa histórica en Nuestra América..
Por todo lo anterior, ¡Adelante la Revolución Bolivariana! y nuestra solidaridad con ella y su prócer, Hugo Chávez, quien con su triunfo en el referéndum del 15 del presente mes continuará en la Presidencia de su país para bien de Venezuela y de la Revolución Latinoamericana. Profundo deseo no sólo mío sino del Frente Popular por la Soberanía, La Dignidad y la Solidaridad (Frente Popular (SDS).