La responsabilidad social de la empresa, eje de cita americana


Vastos sectores de Latinoamérica confluyen en la necesidad de superar la escisión entre ética y economí­a, que ha caracterizado las más recientes décadas, toda vez que una economí­a orientada por la ética deviene en una exigencia histórica, para lograr que la pobreza -en medio de la riqueza- pueda superarse y construir un desarrollo pujante, sustentable y equitativo.

Eduardo Villatoro

Esta aseveración corresponde a un párrafo de la clase magistral que expuso en un seminario al que asistí­ en San Salvador, el economista argentino Bernardo Kliksberg, en agosto de 2006, con el auspicio del INCAE y la Secretarí­a de Integración Social Centroamericana, y la traigo a cuenta con motivo de que del 9 al 11 de este mes, con el eje Responsabilidad Compartida, será celebrada en Guatemala la V Conferencia Interamericana sobre Responsabilidad Social de la Empresa.

Así­ como no todos los dirigentes sindicales y lí­deres polí­ticos de cualquier tendencia son demagogos ni holgazanes, del mismo modo funcionan empresas en América Latina que no se limitan al exclusivo y lí­cito objetivo del lucro, sino que sus socios han asumido el propósito de fomentar prácticas responsables por medio de cadenas productivas, incluyendo a proveedores, distribuidores y otros elementos del mercado, que se interesan en formar parte «de la cadena de valor de la empresa», como reza el enunciado de esta conferencia.

En la divulgación de tan peculiar actividad, los organizadores del encuentro han anunciado que compartirán temas respecto al diseño de estrategia, los instrumentos apropiados para la complementación de prácticas responsables, el impacto de los tratados de libre comercio, el papel de la responsabilidad empresarial social de la empresa (RSE) y su futuro en las cadenas productivas.

Sólo el hecho de que se realice esta conferencia, significa que las empresas que la organizan han tomado conciencia con lo que Kliksberg señala, respecto de que es hora de enfrentar y acabar con los mitos referentes a que la polí­tica social es una mera superficialidad, que se reduce a un gasto y que es posible prescindir del Estado, de la misma manera como se afirma falazmente que el aporte de la sociedad civil es marginal, además de la descalificación de los pobres de parte de empresarios conservadores, mientras que los hombres de negocios que se han apartado de la esencia meramente egoí­sta y mercantilista están convencidos de que la pobreza no sólo es carencia de recursos básicos, sino que destruye o erosiona las familias, causa daños psicológicos y afectivos, además de ser atentatoria contra la dignidad humana.

Probablemente los participantes en la conferencia llegarán a comprender o ya comparten la teorí­a del pensador judí­o argentino, en cuanto a que en Latinoamérica urge recuperar en su plenitud la polí­tica social del Estado y de la empresa, para poder avanzar en la lucha contra los agudos niveles de pobreza, porque es un continente pletórico de riquezas potenciales, en el entendido de que se registra una interés mundial por la RSE y que el paradigma de esta responsabilidad está cambiando, al abandonar visiones economicistas que pregonan que las empresas sólo funcionan para producir beneficios a sus accionistas, cuando que, entre las responsabilidades de la nueva visión ética empresarial, se incluye el juego limpio con los consumidores, buen trato a su personal, preservación del medio ambiente, óptimas prácticas en los paí­ses en desarrollo y la integración de las grandes acciones sociales.

Como lo subraya Kliksberg, Latinoamérica tiene un gran potencial económico que convive con graves niveles de pobreza y desigualdad, y de ahí­ que se requiere de altas dosis de la RSE, fundamental para mejorar la integración social, la equidad y la competitividad, de suerte que esa responsabilidad responde un mandato ético de viejas raí­ces, remontándose a textos bí­blicos que señalan la función social que debe cumplir la propiedad, de cara a una creciente demanda social por comportamientos éticos en los ámbitos empresariales.

(El junior del empresario RSE Romualdo Muchopizto, de retorno de la U, le dice a su papá: -Si es verde, es Biologí­a; si huele mal, es Quí­mica; si no funciona, es Fí­sica; si no se entiende, es Matemática, y si no tiene sentido es Economí­a o Psicologí­a).