Julio Donis,
Sociólogo
Yo diría que en estos días es una relación estrecha e inevitable. Los medios de comunicación necesitan de la política porque es a través de ésta como se justifica la lógica del poder de la cual aquellos son grandes jugadores y no sólo transmisores. Los políticos por su lado necesitan de los medios porque sin ellos usted no estuviera leyendo estas líneas. En otras palabras, los medios de comunicación están llamados a canalizar la mediación entre los ciudadanos y las organizaciones políticas. Esta relación se exacerba en época electoral hasta el punto de preguntarse si los medios determinan un resultado o no.
¿Pero a qué viene todo esto? Pues viene entre otras cosas a que las sociedades cambian a ritmos vertiginosos que no son los mismos compases de los partidos, para adaptarse a dichas transformaciones. Me temo que los medios presentan un mejor desenvolvimiento, aunque son de naturaleza distinta. Los partidos por su lado aún deben estructurar mecanismos e instrumentos más flexibles para acoplarse a lo nuevo. Por poner un ejemplo, imagine usted el reto interno en un partido para decidir estratégicamente en estos días electorales, si la representación de las llamadas «identidades colectivas», se hará desde una posición de clase o rebasando ésta y aportando respuestas específicas a grupos aglutinados por el género, lo étnico y otros más. Pero bueno este no es el tema y nada más dejo planteado el dilema.
Lo que sí es el tema para este artículo es lo que quedó sugerido en el primer párrafo. ¿Cuál es el peso de los medios de comunicación en la conformación del imaginario político de los electores, a la hora de tomar una decisión en el acto del voto? ¿Cuál es la incidencia del video político en una sociedad como la guatemalteca? ¿Qué medio influye más en el electorado, el escrito, el radial o el televisivo, naturalmente con las acotaciones de rigor? Estas son preguntas que no tienen una respuesta simple y más bien dependen de una diversidad de factores culturales y sociales.
Una visita interesante
Recientemente estuvo de visita en el país, el doctor Mauro Porto, de nacionalidad brasileña y profesional de la comunicación política, invitado por FLACSO para desarrollar un conversatorio sobre la relación entre la política y los medios. Fruto de dicha experiencia resalto algunas de las ideas que se debatieron en dicha experiencia académica. Se entiende por video política, como la suplantación de la tradicional oratoria directa del político sobre los ciudadanos, por videomensajes enlatados de algunos segundos. En opinión de Porto la construcción de la imagen como factor de agregación de contenido a la política, ha sido un aporte del desarrollo de los medios, en especial los de video. Opino lo mismo con el matiz de que aquella agregación supondría una responsabilidad política y social del medio de comunicación, algo que está por verse. Son tiempos de grandes transnacionales y monopolios televisivos que requieren productos enlatados que se vendan bien como si fuera una cola, barata y se consume rápido. Pareciera que importa más la forma que el fondo, pero los partidos deben proponer un adecuado balance en la relación con los medios, aún y cuando la realidad les imponga otra cosa.
En general, los medios hacen un encuadre de los candidatos o de las campañas electorales según tres perspectivas: la temática, que resalta los asuntos de mayor debate desde uno u otro candidato, por ejemplo los esfuerzos de algunos medios por trasladar las propuestas de cada candidato en temas como seguridad, energía, educación son ejemplos claros.
Corrida de caballos
El segundo abordaje es quizá el más fuerte, es el llamado corrida de caballos y se resaltan aquí las estrategias de campaña de uno u otro partido y sobre todo se exacerban las encuestas de opinión. El tercero es el personalista, se comunican bajo éste las ideas personales, los asuntos del círculo íntimo de los candidatos, tales como familia, hábitos, etc.
Porto comentaba que en norma general, los países desarrollados tienden a usar el segundo encuadre, promoviendo la competitividad más que el contenido del debate. Muy probablemente eso es el reflejo de la relativización que se ha hecho de la política dejándola de lado por un mayor valor a la competitividad económica y financiera, expandida por la internacionalización de los capitales (globalización).
Palabras finales. El contexto determina el comportamiento de los medios de comunicación, pero también el de la ciudadanía, y como tal hay mayor importancia por la equidad y la transparencia con que los medios tratan la política y a los políticos; asimismo, hay mayor demanda ciudadana sobre qué dicen o qué proponen los candidatos en cuales temas. Los medios de comunicación y la política están llamados a relacionarse aunque ello implique inevitablemente amor y odio.