La reforma policial debe ser técnica y pedagógica


Buena noticia recibió la población guatemalteca a principios de semana con el anuncio de que se inició el proceso de una reforma policial; ésta es de suma urgencia y debe ser concebida bajo parámetros de certeza en el orden administrativo, operativo y sobre todo en el orden educativo.

Fernando Mollinedo
fermo@intelnet.net.gt

La reforma policial es una tarea de suyo muy pero muy importante, porque en ellas se basará el andamiaje para obtener calidad en los agentes, en los oficiales y en su estructura interna, a efecto de tener un control de calidad de las acciones policiales en todo el paí­s.

La información proporcionada por las autoridades de gobierno indican que dicha reforma contará con la ayuda de paí­ses amigos como Chile, España, México, Colombia y otros más; y esa es una circunstancia que hay que observar de forma muy aguda, porque es usual que las delegaciones policiales que nos visitan o donan conocimientos desean que en este paí­s la acción policial se haga a su manera, es decir cuasi imponiendo criterios técnicos y operativos.

Es menester que la Policí­a Nacional Civil se reorganice, se tecnifique y que haya programas de formación policial que contengan y desarrollen los valores éticos y morales de los funcionarios y empleados públicos; la proyección social de sus actividades y la civilización en su administración.

Serí­a ideal que la reforma policial que está por iniciarse estuviera a cargo de personas que tengan conocimiento de seguridad en el latu sensu de la palabra; que contara con personas guatemaltecas versadas en el asunto policial; que tenga la representación de todos los estratos o jerarquí­a de la cadena de mando; de esa manera se podrá interpretar y analizar la realidad policial desde diferentes puntos de vista.

Y el asunto toral será la FORMACIí“N POLICIAL, es decir la hechura humana de un policí­a que tengan clara pero muy clara su responsabilidad social, administrativa, penal y civil de su actuar en la función pública que por mandato le otorga la ley.

En el aspecto pedagógico, serí­a ideal que la formación fuera de fondo y no una barnizada por encima como lo es hasta ahora en las diferentes academias policiales del paí­s. Deben retomarse los principios y valores éticos, morales, sociales, religiosos y en especial entrar al rescate de la autoridad.

Para ello, puede contarse con la ayuda de varios sectores de la sociedad guatemalteca que muy bien con su concurso pueden contribuir a una verdadera FORMACIí“N POLICIAL en las Academias Policiales. Disciplina hace falta, pero no se puede exigir sin dar el ejemplo. OJ ALí que la dicha reforma policial tenga éxito con la inclusión de personas nacionales y extranjeras Tí‰CNICAS Y NO POLíTICAS.