La refinerí­a


En artí­culo anterior expliqué las razones que me mueven a creer que conviene a Guatemala el establecimiento de una refinerí­a en su suelo. Especí­ficamente me referí­ al Principio de daño permisible, que en términos ambientales se refiere al daño que tiene que inferí­rsele al medio ambiente para que el ser humano pueda vivir con las comodidades que le son inherentes.

Roberto Arias

He persistido en la idea de que se monte en Guatemala la refinerí­a que se planifica construir en Centroamérica por medio del Programa de Integración Energética Mesoamericana (PIEM), porque de todas maneras se construirá la refinerí­a en Centroamérica y conviene que Guatemala tome iniciativas serias con respecto a la búsqueda de un liderazgo económico y tecnológico en la región.

De todas maneras, la unión centroamericana no está muy lejana, particularmente porque así­ interesa a quienes manejan el mundo a su sabor y antojo. La unión centroamericana dará mayor oportunidad de sustraer los recursos naturales regionales con mayor facilidad y amplitud legislativa.

A finales de marzo del año en curso vino a Guatemala una delegación china de alto nivel, encabezada por Wang Xingyi, director general de refinerí­as, quí­micos y oleoductos de la compañí­a China National Petroleum Corporation (CNPC), para reunirse con funcionarios de Guatemala y realizar una evaluación del clima de negocios, previo a la toma decisión de participar o no en la licitación para construir la Refinerí­a Mesoamericana.

Carmen Urí­zar, ministra de Energí­a y Minas y Ví­ctor Suárez, comisionado presidencial para el proyecto de la Refinerí­a atendieron a la delegación de la compañí­a china. Según noticias de prensa, en el proyecto se invertirí­an unos US $6 millardos y US $1 millardo adicional para lo que, creo, serí­a el mayor beneficio para Guatemala, la construcción de la generadora de energí­a eléctrica, cuya cogeneración podrí­a proporcionar al paí­s unos 1,300 MW o más.

Sin embargo, en el matutino elPeriódico de 110407, pág. 4, aparece un encabezado que dice: «Guatemala podrí­a desistir de la pelea por una refinerí­a en el Istmo» y en su entrada: «Tras la decisión de México de abastecer sólo con 80 mil barriles de crudo y no con los 260 mil prometidos…» Las autoridades en consenso opinan: «No es rentable».

En partes oportunas de la nota periodí­stica se descubre algo que prueba contundentemente la veracidad del dicho «hecha la ley, hecha la trampa», dice: «La refinerí­a cuya licitación aún está en proceso … procesarí­a 60 mil barriles diarios de crudo pesado y requerirí­a de una inversión mí­nima de US $6 millones. Su ubicación en algún paí­s de Centroamérica será decidida por la empresa que gane la licitación y Guatemala puja junto a Panamá por obtener el proyecto».

Agrega: «En la declaración conjunta… (Los presidentes de México, Colombia y Centroamérica) acordaron implementar programas de exploración y explotación petroleras en Centroamérica, tanto en tierra como en mar abierto. ’Hoy más que nunca, la refinerí­a se convierte en realidad… salimos más que nunca optimistas’, dijo el presidente í“scar Berger».

Los charros dieron vuelta a su oferta y su mecánica. ¿Y ahora qué?