¿La recesión ha terminado?


El Libro Beige publicado este miércoles por la Reserva Federal estadounidense reafirma la idea de que la recesión iniciada en diciembre de 2007 en Estados Unidos ha terminado.


El documento señala que la actividad económica en ese paí­s continuó estabilizándose en agosto.

Los datos recopilados por las 12 sedes regionales de la Fed «muestran que la actividad económica continuaron estabilizándose en julio y agosto», subraya el informe de coyuntura, que sirve de base a los debates del Comité de polí­tica monetaria (FOMC) del banco central en su reunión prevista para el 22 y 23 de setiembre.

Señalando que los datos económicos «muestran» que la actividad se estabiliza, el Libro Beige es un poco más optimista que el FOMC en su comunicado final, en el que daba cuenta de su última reunión (el 11 y 12 de agosto). Este estimaba entonces que las informaciones disponibles permití­an «pensar que la actividad económica (estaba) estabilizándose».

Las actas de esta reunión publicadas el 2 de setiembre mostraron al menos que los dirigentes de la Fed estimaban entonces que la recesión estaba en su fase final en agosto pero que la economí­a era «todaví­a vulnerable a los shocks».

Según este documento, los directivos del banco central se habí­an entonces reunido con «una confianza reforzada sobre el hecho de que la baja de la actividad económica estaba llegando a su fin».

Ese mismo dí­a, el secretario del Tesoro estadounidense anunció que se perfilaban «las primeras señales del crecimiento» económico en Estados Unidos.

Aunque corresponda a la Oficina nacional de investigación económica (NBER), organismo independiente, poner una fecha oficial para el fin de la recesión (lo que podrí­a llevar tiempo puesto que el NBER habí­a «anunciado» el inicio de la recesión un año después de su comienzo), tanto la Fed como el Tesoro parecen anunciar que ya es parte del pasado.

«El Libro Beige de setiembre muestra un regreso favorable de la actividad económica prácticamente en todas las regiones del paí­s», anota Marisa Dinatale, analista de Moody»s Economy.com, para quien el NBER deberí­a anunciar que la recesión terminó oficialmente en agosto».

Ante la ausencia de anuncio por parte del NBER, los incrédulos deberán esperar que finalice octubre y la publicación de las cifras del PIB del verano (boreal) que deberí­a mostrar un regreso del crecimiento luego de cuatro trimestres consecutivos de contracción de la economí­a.

Preparado por las oficinas de la Fed de Atlanta (Georgia, sureste), el Libro Beige publicado este miércoles no refleja necesariamente la opinión de los dirigentes del banco central estadounidense.

Sus autores subrayan que en la mayorí­a de las regiones, «las perspectivas de actividad» de las empresas encuestadas por la Fed son «prudentemente optimistas».

Las ventas al por menor, que reflejan el consumo de los hogares, a su vez tradicionalmente una locomotora de la economí­a estadounidense, se mantienen débiles, y las condiciones para obtener créditos siguen difí­ciles.

IMPORTACIONES Se reanuda carrera


Excelente noticia para la economí­a mundial, Estados Unidos reanudó la carrera por los productos importados en julio, aunque ello significa que la brecha comercial se profundiza.

Según cifras publicadas ayer por el Departamento de Comercio, el déficit comercial estadounidense alcanzó 32 mil millones de dólares, el más elevado desde enero.

El origen es un aumento de las importaciones (159.600 millones de dólares), que ascendieron a 4,7% con respecto al mes anterior, algo jamás visto desde que Comercio publica estas estadí­sticas (1992).

«Lo que hay que recordar es que el aumento del déficit comercial en julio debe recibirse como una buena noticia. Es una señal de que la economí­a estadounidense acelera su salida de la recesión temprano en el tercer trimestre», estimó Brian Bethune, de IHS Global Insight.

Estados Unidos representó 13,2% del total mundial de importaciones en 2008, según la Organización Mundial del Comercio y el inmenso agujero en el consumo del paí­s a fines de 2008 y principios de 2009 se hizo sentir en todo el planeta: en ocho meses -de julio a febrero- las importaciones habí­an caí­do más de un tercio.

Los economistas estadounidenses se congratularon de que éstas se reanudaran luego de caer en el primer semestre a su nivel de 2004.

En julio, «nuestra demanda de bienes de consumo extranjeros, de vehí­culos y de bienes de inversiones se incrementó sólidamente», subrayó el economista independiente, Joel Naroff.

Para él, «toda señal de que los hogares y las empresas estén dando una mano al sector público para una reactivación es una buena noticia».

Entre esos bienes, el aumento de las importaciones involucra prácticamente a todos las categorí­as, con, por orden de importancia, los insumos industriales ( 3,9%), los bienes de consumo ( 5,0%), los bienes de capital ( 4,5%), y los vehí­culos ( 21,5%). La alimentación (-0,9%) es una excepción.

Las importaciones desde China, principal proveedor de Estados Unidos, fueron las más fuertes desde noviembre.

Elsa Dargent, de Naxitis, atribuyó este incremento «principalmente al plan de reactivación» impulsado por el gobierno en febrero. Ian Shepherdson, de High Frequency Economics, anotó que «el aumento de las importaciones de automóviles representó cerca de la mitad del crecimiento» de las importaciones de bienes en julio, al «impulsar las ventas la prima «efectivo por chatarra»».

Las exportaciones estadounidenses no alcanzan el mismo ritmo, pero también se recuperan. «Estamos vendiendo más al exterior y eso permite pensar que las demás economí­as también se están despertando. Nos han comprado más bienes de capital y no solamente aviones», explicó Naroff.

El total de las exportaciones aumentó 3,2% con respecto al mes anterior, lo que se atribuye entre otros a los bienes de capital ( 2,4%) y a los vehí­culos ( 24,5%).

El economista anota sin embargo que la situación de Estados Unidos «con respecto a China empeoró». «Les hemos comprado mucho más y ellos (a nosotros) no».

El déficit con el segundo aliado comercial de Washington alcanzó 20.400 millones de dólares y ascendió a 123.500 millones de dólares en los primeros siete meses de 2009.

Este total sólo bajó 14% en un año, y nada indica que este abismo, uno de los principales desequilibrios de la economí­a mundial, tienda a superarse.