La prueba más dura del año para Woods


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Tiger Woods fue la decepción en Augusta y parece ahora el hombre a vencer en el US Open.

Por DOUG FERGUSON SAN FRANCISCO / Agencia AP

Las expectativas que ha generado Woods en el año se parecen a los fairways del club Olympic. Están llenas de altibajos.

Woods no ha podido cerrar los torneos como antaño, ha perdido su toque con el putt, el tendón de Aquiles izquierdo le estaría dando más problemas de los que él admite, tuvo su peor ubicación de por vida en el Masters e incluso no pasó el corte en un torneo.

Y en medio de una época tan mala, Woods ganó por cinco golpes en Bay Hill y batió un puño en el aire en el Memorial, cuando embocó un golpe para birdie que coronó una remontada asombrosa y le redituó su segunda victoria del año.

El martes, cuando se le preguntó a Woods si ganar el US Open disiparía las dudas que persisten en torno suyo, el astro estadounidense hizo un gesto de desagrado, levantando las cejas.

«Creo que incluso si gano un torneo major, la gente seguirá diciendo, ‘todavía no llegas a 18 títulos’ (el número de Jack Nicklaus el máximo triunfador en la historia), o me dirán, ‘¿cuándo llegarás a los 19?’ Siempre es lo mismo con ustedes», dijo Woods. «He lidiado con eso en toda mi carrera, desde que era un golfista amateur. Ahora que he recorrido tanto camino en el golf profesional esto no ha cambiado».

Aún así, el US Open permitiría conocer cuánto ha avanzado Woods en realidad para volver a la cumbre del golf.

Woods dijo una y otra vez que el torneo representa la prueba más dura que enfrentan los golfistas en todo el año. Es tan difícil que el propio Woods habría decidido no hablar de Phil Mickelson, su viejo rival que jugará con él en las dos primeras rondas.

«Este es uno de esos torneos en los que la gente habla menos de los rivales, porque todo es muy difícil», dijo.

Woods parece tener las mismas armas de siempre.

Hace dos semanas, jugó tan bien en Muirfield Village que, aún con un putt mediocre logró remontar una desventaja de cuatro golpes para llevarse el triunfo. Woods había dicho que jugaba bien sólo por algunas rachas y aceptó que, en esa victoria, la 73ra que ha logrado en la Gira de la PGA, golpeó bien la pelota en las cuatro rondas.

Y con ello, se convirtió en el favorito de los apostadores en el Olympic para ganar su 15to mayor —su primero desde el US Open de 2008— y para reanudar la búsqueda del récord de Nicklaus.