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«Sandra y yo somos un matrimonio igual que ustedes, y hemos querido dar el ejemplo. No sólo ahora, también en la campaña», dijo recientemente Colom, durante la entrega de transferencias monetarias condicionadas en Jalapa.

«Echamos punta juntos. Venimos a Jalapa juntos. Fuimos juntos allá a los xalapanes, y ahora estamos trabajando juntos hombro con hombro, echando penca juntos», dijo Colom sobre su relación con Torres.

Desde la campaña electoral, la unidad del matrimonio Colom-Torres rebasó todos los muros de la privacidad familiar para convertirse en una viva imagen del trabajo que la pareja realiza en el ámbito polí­tico, y ahora, en el gubernamental.

A diferencia de su principal opositor, Otto Pérez Molina, quien raras veces apareció junto a su esposa, Colom no tuvo ningún problema en mostrarse en todo momento al lado de Torres, quien se sabe tiene una fuerte influencia dentro y fuera del hogar presidencial.

Mientras que algunos observan el liderazgo de Torres como un avance en el empoderamiento y la participación de la mujer en la polí­tica, o como su lanzamiento oficial a una candidatura presidencial, su imagen de mujer fuerte es también el blanco de ataque para la oposición polí­tica e intelectual.

¿EJEMPLO?

¿Por qué Colom siempre está junto a «Sandrita»? «Porque queremos dar el ejemplo en pareja y queremos que las familias se fortalezcan con estos y otros programas, porque queremos esa Guatemala nueva y distinta y siempre va haber quien nos eche penca. Mi preocupación serí­a cuando no nos critiquen. Si nos critican es porque no estamos haciendo nada», responde Colom.

Para Marco Antonio Barahona, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, la unidad de la pareja presidencial se produce porque Sandra Torres se proyecta como una mujer con posibles aspiraciones a participar públicamente dentro de un contexto polí­tico más amplio al que le rodea ahora.

«Sandra Torres tiene un olfato polí­tico, a veces más agudo que el del Presidente, lo que le ha permitido ostentar una cuota de poder en toda la gestión del Gobierno, desbordante de las funciones que tiene y caracterizan a la Primera Dama», refiere el analista.

«Todo apunta a la creación de una plataforma de participación polí­tica que le ha funcionado muy bien a Torres y que podrí­a ser definitiva en el próximo proceso electoral», agrega Barahona.

«Torres se encuentra subida sobre un muro que divide a sus crí­ticos de sus seguidores. Estando expuesta desde el Consejo de Cohesión Social, la primera Dama gana adeptos con sus programas sociales, pero también se hace más visible para sus detractores. Es una posición complicada», refiere el analista Sergio ílvarez.

A criterio de ílvarez, los indicadores publicados por medios de comunicación son un reflejo de que la imagen de la primera Dama se fortalece cada vez más, pese a los insistentes esfuerzos de «ciertos grupos» para dañar su popularidad entre la población rural.

VISIí“N CRíTICA

Las crí­ticas para Sandra Torres parecen no cesar cuando en un medio de comunicación cobra protagonismo la imagen de la primera Dama entregando transferencias monetarias condicionadas.

«En buena medida se podrí­a decir que el aparecer constantemente en espacios mediáticos no siempre es bueno para Sandra Torres, ya que además del protagonismo que gana, también se convierte en un ente sensible para la crí­tica», dice ílvarez.

«Parece que la situación de Torres depende de los ojos con que se vea. En el campo será vista como una gran mujer y polí­tica con sentido social, mientras en las zonas urbanas es una mujer con ansias de poder que domina todas las esferas del Gobierno», puntualiza Barahona.