La presencia de EE.UU. en Guatemala


Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en el año 1945, el presidente de Estados Unidos de entonces, Franklin D. Roosevelt, declaró el inicio de las relaciones bilaterales de colaboración con Guatemala; sesenta años después del histórico suceso, polí­ticos e historiadores reconocen la injerencia de polí­ticas estadounidenses en el Estado guatemalteco a través de su sistema de cooperación.

Javier Estrada Tobar
lahora@lahora.com.gt

Según la Embajada de Estados Unidos en Guatemala, fue hasta el año 1961 cuando el presidente John F. Kennedy decidió reestructurar y reformar la asistencia extranjera al crear la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).

La nueva entidad tendrí­a a su cargo la administración de los fondos que el Gobierno de ese paí­s destinarí­a para la ayuda a sus aliados a partir de la época de la Posguerra, cuando la Guerra Frí­a dividí­a ideologí­as en Latinoamérica.

Después de 47 años de presencia en el paí­s, a USAID se le reconoce como la principal entidad de cooperación externa, que dentro de sus objetivos se propone brindar ayuda a través de programas de desarrollo en el largo plazo, indican fuentes diplomáticas.

Pese a la importante difusión y presencia mediática que tienen los programas estadounidenses de cooperación, aun quedan algunas dudas en historiadores, analistas y polí­ticos acerca del «verdadero» motivo que dio origen a la instalación de la Agencia.

Alfonso Bauer Paiz, ex secretario de Economí­a y Trabajo, asegura que las relaciones de cooperación con EE. UU. en 1961 significaron «un pase» para que el gobierno de ese paí­s pudiera instalar un completo equipo de inteligencia dedicado a cuidar el «patio trasero de Norteamérica» -Latinoamérica- de las supuesta amenaza que representaba la ideologí­a de Cuba y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

«Los acuerdos permitieron el ingreso de diplomáticos estadounidenses con millones de dólares, supuestamente para la cooperación, pero con el verdadero objetivo de destinarlos a maniobras polí­ticas y militares en contra del régimen socialista cubano», agrega.

Sin embargo, Bauer Paiz asegura que los intereses norteamericanos iniciaron la intervención del Estado guatemalteco en años anteriores a la instalación de USAID, lo cual ejemplifica con el ingreso de firmas transnacionales como United Fruit Company, durante los gobiernos dictatoriales de los ex presidentes Manuel Estrada Cabrera a partir del año 1898 y Jorge Ubico en 1931. «Ubico implementó varias medidas para paliar la crisis económica de 1930, pero al final resultó beneficiando a las bananeras y demás empresas extranjeras».

«Todos los gobiernos, conservadores y liberales, tuvieron el denominador común al ser permisivos con el gobierno estadounidense (…) pero la luna de miel se acabó en la época democrática de 1944, cuando los gobiernos revolucionarios implementaron leyes que dañaron sus intereses».

A la falta de documentación que compruebe la teorí­a del ex funcionario y además ex parlamentario, el historiador Celso Lara Figueroa argumenta que las actividades intervencionistas ocurrieron «sin dejar rastro» como frecuentemente sucede en la polí­tica internacional.

Lara se suma a una larga lista de analistas que cuestionan la debilidad institucional del Estado, y que sostienen que las dictaduras previas a la época de la Revolución (1944-1954) fueron financiadas por el Gobierno de EE. UU. a través de oficinas que «supuestamente tení­an otros objetivos».

A criterio del historiador, la cooperación que hasta la fecha ha brindado el gobierno estadounidense -que se estima superior a los US$ 2 mil millones- no tiene comparación con los beneficios obtenidos por las empresas norteamericanas que durante decenas de años monopolizaron la producción de frutas y ferrocarriles.

Lara y Bauer Paiz defienden la tesis que señala a EE. UU. por su polí­tica intervencionista y además causante de la caí­da del ex presidente Jacobo Arbenz en 1954, tras propiciar una campaña que le tachaba de «comunista», después de promulgar un decreto que dañaba los intereses de la UFCO y otras empresas estadounidenses instaladas en el paí­s con privilegios legales.

Sin embargo, la situación continuó de forma similar después de la expulsión de Arbenz, cuando Carlos Castillo Armas asumió la presidencia y accedió nuevamente a las presiones externas, indican los entrevistados.

En la discusión sobre la cooperación destinada a Guatemala por medio de USAID se encuentran posturas categóricamente contrarias, tal es el caso del diputado Mariano Rayo, quien analiza las condiciones con un matiz distinto.

Rayo sostiene que en el balance histórico, los aportes de EE. UU. demuestran ser importantes para el desarrollo democrático, económico y social del paí­s, aunque también existen casos en los que caben crí­ticas.

El financiamiento que en los últimos años se ha dirigido a organizaciones no gubernamentales «que sí­ intervienen en el Gobierno» son cuestionables, indica el parlamentario, no obstante asegura que los aportes positivos tienen un peso mayor.

«Es evidente que de temas sociales y económicos se ha movido a temas de seguridad, justicia y combate al narcotráfico; este ultimo elemento es el más importante debido a que la debilidad de nuestro sistema de seguridad y justicia hace imprescindible la cooperación americana en el combate al narcotráfico y crimen organizado», puntualiza.

De la misma manera, Carolina Castellanos, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Guatemalteco-Americana (AmCham, por sus siglas en inglés), considera que la cooperación muestra resultados positivos para el desarrollo del paí­s en varios aspectos.

De manera concreta, Castellanos cita el aporte que se brinda a micro, pequeños y medianos empresarios a través de talleres de capacitación para poder incrementar su capacidad y calidad productiva.

Al igual que Rayo, la ejecutiva de AmCham considera que la cooperación podrí­a ser mejor implementado bajo una mayor observancia de USAID en el desarrollo de programas, ya que a su criterio siempre se debe considerar la supervisión y auditorí­a de resultados.

En aspectos comerciales, el respaldo que brindó USAID para la promoción del Tratado de Libre Comercio entre EE. UU., Centroamérica y República Dominicana es criticado por Bauer Paiz.

«El TLC y el Plan Mérida son las últimas dos armas que utiliza EE. UU. para mantener el control de la región».

Ayuda bienvenida

Hugo Maúl, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), señala que las condiciones de pobreza en Guatemala son la razón de la instalación de las agencias de cooperación extranjera en el paí­s.

«Â¿Quién tiene la culpa? -el que ofrece o el que pide-» es una de las interrogantes que plantea Maúl en torno a la discusión sobre la cooperación, ya que a su criterio, los gobiernos en turno no se muestran reacios a aceptar la cooperación

Según el analista, el desarrollo externo de los programas de cooperación por organizaciones no gubernamentales tiene relación con el peligro de no ser alineados o consecuentes con la realidad nacional, sin embargo la ayuda siempre es bienvenida.

La Embajada de EE. UU. estima que para los próximos dos años se desembolsarán US$100 millones para brindar asistencia en Guatemala, «y los resultados siempre podrán ser cuestionables», puntualiza Bauer.

«Todos los gobiernos, conservadores y liberales, tuvieron el denominador común al ser permisivos con el gobierno estadounidense (…) pero la luna de miel se acabó en la época democrática de 1944, cuando los gobiernos revolucionarios implementaron leyes que dañaron sus intereses».

Alfonso Bauer Paiz,

Ex secretario de Economí­a y Trabajo

«El apoyo de USAID se propone fundamentalmente contribuir al desarrollo sostenido e integral de Guatemala y de los guatemaltecos. En situaciones especí­ficas se ha respondido a necesidades inmediatas de asistencia humanitaria (…) también ha apoyado por medio de su programa de paz, en el trascendental proceso de implementación de los Acuerdos de Paz.»

Embajada de EE.UU.

en Guatemala

EN NíšMEROS


47 años

Desde la instalación de USAID en Guatemala.

US$ 2 mil millones

Fondos destinados por el Gobierno de EE.UU. para financiar programas de cooperación en el paí­s.

US$ 100 millones

Los fondos que destinará USAID para proyectos de desarrollo en los próximos dos años.

80

Los paí­ses en que USAID tiene presencia y desarrolla proyectos de asistencia social.