La Policía Nacional Civil (I)


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Entre todas las instituciones del sector público, ante la opinión pública, la Policía Nacional Civil es la que menos satisface los requerimientos que la población demanda. El deterioro de esta institución se ha producido a través de varios gobiernos y aunque son múltiples los intentos por reestructurarla y lograr que esta fuerza llene las expectativas y las necesidades de seguridad y orden dentro de la sociedad a nivel nacional, ello no se ha logrado.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


En el gobierno que presidió Jorge Serrano Elías se obtuvo que una delegación de expertos y prestigiados oficiales del Cuerpo de Carabineros de Chile viniesen a nuestro país y realizaran un estudio sobre la Policía Nacional, después de dos años de trabajo los oficiales presentaron su análisis y las recomendaciones que sugerían al gobierno de Guatemala, lamentablemente al poco tiempo se produjo “el Serranazo” y en la coyuntura Carlos Rafael Soto y otras personas que tenían vínculos e intereses personales con mandos de la Policía de esa época se dedicaron a desprestigiar el estudio y las propuestas, las cuales pasaron a engrosar los archivos del Ministerio de Gobernación y para la tristeza de Guatemala y la ciudadanía, nunca fueron implementadas.

El gobierno que presidió Ramiro de León Carpio, en el principio, dentro de las diferentes consideraciones para integrar el Gabinete me propuso que considerara aceptar ser el Ministro de Gobernación. Después de las consultas respectivas y habiéndole manifestado que con la anuencia de mi familia y del partido aceptaría el cargo, para mi buena suerte Ramiro se inclinó por nombrar a Arnoldo Ortiz Moscoso, quien por sus fuertes nexos con el gobierno de España optó por solicitar una misión y diferentes ayudas al gobierno español para reestructurar a la Policía Nacional, lo que en parte hicieron; sin embargo, las necesidades económicas y ante todo el tiempo para crear una Policía eficiente, honrada y profesional, no abarcan un solo gobierno. Al quedar electo como presidente Álvaro Arzú, la intensidad por reestructurar a la Policía decayó, incluso fue durante esta etapa que se empezó a crear las Policías de Tránsito a nivel municipal, fragmentando así el recurso humano y económico por cuanto la Policía Nacional dejó de tener la responsabilidad e injerencia que esta área de seguridad implica y a su vez la Policía Municipal de Tránsito no actúa, ni resguarda la seguridad ciudadana, al punto que ante ellos puede cometerse un atraco o cualquier otro delito y la PMT no actúa.

En ese gobierno, nuevamente Chile ofreció asesorías gratuitas a todos los países de Centroamérica para mejorar y profesionalizar sus respectivas Policías; incluso envió una misión donde ofrecían cuatro becas anuales para que los candidatos que el gobierno seleccionara se fueran a formar como oficiales de Policía en la Escuela de Carabineros, que tanto prestigio tiene a nivel mundial. El ofrecimiento entró por un oído y salió por otro, ello a pesar que Guatemala, en la década de 1950 y como una de las varias maneras como se recuperaron a muchos cadetes del 2 de agosto, envió y graduó a más de 10 personas en la Escuela de Carabineros, que al retornar al país, por sus antecedentes y formación de cadetes militares en la Escuela Politécnica de Guatemala, fueron incorporados como oficiales de Ejército, no como oficiales de Policía. Aun así, históricamente varios de ellos, durante diferentes gobiernos fueron ministros de Gobernación, de la Defensa, directores y subdirectores de la Policía Nacional, habiéndoseles reconocido siempre una labor positiva.

¡Guatemala es primero!