La poesí­a silenciosa en Tomas Transtrí¶mer


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Este jueves, fue anunciado a Tomas Transtrí¶mer como el ganador del Premio Nobel de Literatura 2011. í‰l nació el 15 de abril de 1931 en Estocolmo, y como impulsado por una rara inquietud empezó a escribir poesí­a desde muy temprana edad, a los 13 años ya estaba pergeñando lo que después serí­a su primer poemario (17 poemas). Desde esa época hasta la fecha no ha dejado la literatura por más que haya recibido golpes tan fuertes como el de 1990, fecha en que sufrió un ataque cerebral el cual afectó su capacidad de hablar, pero no el de comunicarse.

Por Abraham Prudencio

Su creatividad se ha visto consolidada tanto por su experiencia como por la reflexión. Su labor alterna tanto de traductor y sicólogo en centros penitenciarios y hospitalarios son  dignos de elogio el cual le ha permitido conocer conciencias desconocidas, ello le ha ayudado tener una idea más clara de la humanidad.

La caracterí­stica de su poesí­a radica  en la fuerza y plasticidad de los enigmas, el lenguaje con que aborda sus grandes temas también es diferente en tanto que se apoya en la sencillez, su poesí­a grafica y captura lo inasible. Hay una intención de tratar de entender el mundo, temas como el dolor, el amor, el tiempo, la muerte, la ausencia son una constante en su poética.

Su poesí­a sencilla y clara está compuesta tanto por un mensaje humanitario como por la maestrí­a con la palabra.

Otra de las cualidades extraordinarias en Transtrí¶mer y que grafica la otra etapa de su literatura es el gran interés por los haikus, con esta forma poética la comunión ha llegado a su experiencia más alta. El lenguaje y sensibilidad van a la búsqueda de la compresión de la existencia.

Gracias a sus importantes colaboraciones Transtrí¶mer se ha convertido  en uno de los poetas más importantes de la segunda mitad de siglo XX. Dentro de sus preferencias  siente un profundo amor por la música motivo por el cual recurre a este tema en su obra poética. Por sus trabajos iniciales trataron de vincularlo con el surrealismo; sin embargo, con el pasar del tiempo, ha logrado erigir una obra emblemática apartada de toda corriente.

“El cielo a medio hacer” es una colección de 13 libros que recorre desde mediados de los 50 al 2003. En esta colección encontramos lo mejor de la poesí­a del gran poeta escandinavo. Aquí­ hallamos libros como 17 poemas (1954), Secretos en el Camino (1958), El cielo a medio hacer (1962), Tañidos y Huellas (1966), Visión Nocturna (1970), Senderos (1973), Bálticos (1974), La barrera de la verdad (1978), La Plaza salvaje (1983), Para vivos y muertos (1989), Góndola fúnebre (1996), Haikus y otros poemas (2003), Visión de la memoria (1996). Gracias a la publicación de este texto en nuestro idioma podremos conocer un poco más a este gran poeta que cada dí­a se impone dentro de la literatura mundial.

En todo el conjunto de su poética encontramos un profundo deseo de conocer y entender el mundo.

Elementos tales como la invención de un lenguaje elegante, buen manejo de la metáfora, exactitud sensorial, sensibilidad, constante referencia hacia la naturaleza…Hacen de la poesí­a Transtomeriana una isla obligada a encallar por todos nosotros.

A través de su laborioso trabajo y su compromiso por la vida y el arte encontramos en Transtrí¶mer la labor de un poeta vital y venal. Su poesí­a es un camino hacia la búsqueda de la esencia, explora el mundo a través de un lenguaje sencillo y sobre circunstancias cotidianas. Se dice que inicialmente habí­a sido juzgado como un poeta superficial y nada interesado por la realidad; sin embargo, con el paso del tiempo, vemos  que su poesí­a trasciende lo común e inmediato, su poesí­a es un tratar de entender la identidad y esencialidad del ser humano. Visto desde ahora vemos que su trabajo se basa en la experiencia y en la realidad circundante.

Bálticos el poema para conocerse.

Bálticos es un poema escrito en 1974 donde la esencialidad está en su máxima expresión. En este texto Transtrí¶mer nos remite a un pasado remoto, habla de su abuelo, nos relata la amistad entrañable entre los tripulantes y compañeros de ruta.

Se pregunta ¿hasta qué punto una persona puede llegar a conocer a la otra? La maestrí­a en la navegación permite conocer perfectamente esos profundos e inciertos lugares. Se es consciente de un tiempo y un espacio.

La anciana cree escuchar los murmullos de los muertos, se da la idea de identidad y parentesco entre los vivos y los muertos. El otro gran tema es la idea de frontera que tiende a limitar y fragmentar todo.

Reflexiona sobre la modernidad y la cotidianidad  mecanizada, la gente sale a tropel de los edificios, el caos es imperante.

El viento es quien hace llegar esas verdades y entre murmullo y murmullo se deja entrever el clima de conflicto en la que se está viviendo, la supuesta modernidad a la que hemos llegado, el control imperante y el fuerte deseo de opresión.

Es el barco de la vida donde se intenta reflexionar  y razonar sobre la propia existencia, las puertas se cierran y las puertas se abren.

Se distinguen dos tipos de espacios: el interior que representa la paz y el espacio exterior que representa la guerra y la destrucción. La naturaleza es otro de los elementos constantes, las personas pasan pero las olas, años después, retornan nuevamente de su largo viaje.

Otro de los grandes temas es la incomunicación, las palabras no llegan a comunicar completamente el deseo personal. Las cosas importantes ya no lo son en otro momento.

Prosigue con la historia de un joven, el  yo poético revela que el joven desconocido era el encargado de dirigir el conservatorio, luego, por una causa que se desconoce, es encarcelado, una vez pasada  la condena le sobreviene un derrame cerebral, parálisis con afasia pero en él continúa la música.

Es una persona que  nos suscita a una profunda reflexión. La presencia de la muerte es una constante. Esta parte del texto escrito en 1973 es premonitoria, puesto  que años después, Transtrí¶mer sufrirí­a una hemiplejia.

“La música llega a un ser humano, él es compositor, él la interpreta, / hace carrera, llega a ser Jefe del Conservatorio. / La coyuntura cambia, las autoridades lo condenan. /Como Jefe de la Fiscalí­a nombran a su alumno K****. /Es amenazado, degradado, desterrado. /Pasan algunos años y la desgracia se atenúa, es rehabilitado. /Entonces llega el derrame cerebral: parálisis en el lado derecho / con afasia, solo comprende frases cortas, dice palabras /inadecuadas. /Así­, no lo alcanzan ni  el ascenso ni la condena. /Pero la música permanece, sigue componiendo en su propio /estilo, /se convierte en un fenómeno de la medicina por todos los años /que le quedan por vivir /Escribió música para textos que ya no comprendí­a: /del mismo modo /expresamos con nuestras vidas algo /en el coro que tararea lapsus».

El poeta prosigue con la historia de su abuela, relata que los padres de la abuela mueren jóvenes;  cuando siente próxima la presencia de la muerte encarga a Marí­a, la deja en una familia adinerada, pero Marí­a sufre, en ese lugar podí­an tener dinero pero no amor. Marí­a es explotada. El yo poético da a conocer su verdadera identidad, de niño se apretaba a Marí­a, su madre. í‰l tení­a 5 años cuando su madre murió. Es por medio de una foto donde reconoce la figura de su supuesto padre:

“La  recuerdo. Pero en la siguiente foto sepia /está el desconocido: /por la ropa, es de mediados del siglo pasado. /Un hombre de unos 30 años: las cejas poderosas, /el rostro que me mira a los ojos /y susurra: “aquí­ estoy”. /Pero quién es ese “yo”; /Ya no hay nadie que recuerde. Nadie.»

Se siente momentos de profunda reflexión, si algo nos deja estos poemas es un ansia profunda de conocernos a nosotros mismos.

La idea de recuerdos y consciencia es permanente, si nadie te recuerda es como si no hubieras existido. Transtrí¶mer de esa manera llega a la compresión de la conciencia del ser humano y su problemática. A través del recuerdo el poeta escandinavo reconstruye una realidad cotidiana, el recuerdo de los  abuelos,  de la madre y las vicisitudes  que se encuentra en el camino. El mar Báltico es escenario por la que transcurre el recuerdo desde un pasado lleno de experiencias hasta un presente  vital, es el registro necesario que remarca el paso del hombre por este difí­cil y fugaz mundo. El punto definido como escenario es el mar Báltico pero es un escenario que engloba todos los escenarios posibles, tanto los definidos como los indefinidos, este espacio es como un escenario a recobrar donde el entendimiento y la reflexión  son una constante. Plantea problemáticas que permite preguntarnos; hasta qué punto nos llegamos a conocer a nosotros mismos y a las otras personas que nos rodean. Es el pasado que se interpone en el presente como un recurso válido para la reflexión y análisis.

Hay una suerte de presencia conflictiva, el darse cuenta de un “yo” y un “aquí­â€ implica ser consciente de una realidad y esa realidad implica guerras, muerte, destrucción, control… Las voces de los muertos nos recuerdan que no estamos muy lejos de ellos, quien nos puede prometer que no estamos dentro de una frontera en la que no sabemos qué es vida y qué es muerte. Es la reconversión de los muertos que iluminan las cosas como la posibilidad del retorno a través de la memoria. En el instante fugaz de la vida sólo un deseo: la felicidad.